Alabanzas

Wednesday, June 20, 2012

Que vestire?

 
¿Alguna vez se ha preguntado esto?  Que vestiré
Yo me lo he preguntado. Quiero que usted se haga esta pregunta literalmente, ¿Cómo he de vestirme? ¿Hay ropa disponible en este mundo que es apropiada para mí, que agrada a Dios y que da buen testimonio en mi apariencia? ¿Hay ropa que da gloria a Dios cuando me presento ante la gente? Quiero que usted le prometa al Señor que va a aprender cómo Él quiere que se vista, y que usted lo va ha hacer


No le estoy pidiendo que se vista con lo que yo digo que es correcto o propio; pero, le desafío a que le prometa al Señor que lo que usted vea en Su Palabra, lo va a aplicar instantáneamente a su guardarropa. Prométale que usted no le va a desobedecer cuando Él le muestre cual es Su voluntad acerca del cómo vestir. Las damas, necesitan la ayuda de Dios en el área de la apariencia porque su Palabra dice que somos "Epístolas vivientes" y que los inconversos nos miran para determinar su opinión sobre el cristianismo. Esto nos muestra que sí es importante cómo nos vestimos, y que está muy relacionado con lo que somos por adentro.
Este mensaje no es dado en espíritu de malicia ni de crítica; sino con el intento de amar y ayudar a hermanos y hermanas que desean hacer lo correcto. Necesitamos una guía definida, no reglas, ni preferencias hechas por hombres; sino una norma que viene directamente de la Biblia y que define cómo Dios desea que las damas se vistan. Hay algunas damas que piensan, "Me gusta la ropa que tengo, y no voy a cambiar por nadie--ni para el Señor". Esta actitud no les ayudará. Pero yo sé que hay mujeres que quieren hacer lo correcto; pero que no están seguras de lo que es correcto en el área del vestido.
El problema es que las personas tienes normas "heredadas", que aprendieron de otros.
No sabían por qué ni dónde se encontraban en la Escritura; y tampoco sabían lo que Dios dice acerca del vestirse apropiadamente. Para las damas que sinceramente desean hacer lo correcto, y para las que hacen lo bueno por las normas que han "heredado", creo que este mensaje puede ser de verdadera ayuda para establecer normas definidas directamente de las Escrituras acerca de cómo una mujer debe vestirse.
Permita que el Señor conteste sus preguntas hoy, para que pueda contestar la pregunta: "¿Qué vestiré?" ¿DE QUÉ SE TRATA?
El ser atractiva no viola principios Bíblicos; pero deben vestirse en una manera que muestre al mundo su feminidad y no su sexualidad. Algunas personas tienen la falsa noción que lo bello es malo, que las mujeres deben vestirse de ropa negra y grande, recogerse todo el cabello para no llamar la atención. ¡Pero Dios no hizo a las mujeres para que sean feas! la mujer fue un acto para coronar a la creación y Dios la hizo más bella que todos los paisajes de su creación o las obras hermosas de la naturaleza hecha por sus manos. Por esto, deseo que las damas sepan que nuestro propósito en normas de vestir no es para que las mujeres no sean atractivas, sino lo contrario.
Si cierta clase de ropa está de moda, no podemos asumir que es automáticamente buena o mala. Necesita examinar esto a la luz de una lista Bíblica que estaremos recopilando ahora. No es malo usar algo, cuando cubre la norma Bíblica de vestir. Es malo abusar, vistiéndonos con cierta ropa sólo porque está de moda. Viola la Palabra de Dios y daña nuestro testimonio ante el mundo. Que "la apariencia de este mundo se pasa" lo sabemos bien.
Sin duda las hijas a sus madres verán el mismo ciclo de modas en sus vidas, si el Señor tarda en regresar. Pero mientras los últimos días se acercan, el diablo pone más presión sobre el mundo en general, y las modas del mundo en particular. Hoy día hay menos y menos ropa que agrada a Dios a nuestro alcance. Un predicador en un sermón él anunció: "Londres recibe sus modas directamente de París, y París las recibe directamente del infierno".
Él estaba declarando más verdad de lo que quizá nos damos cuenta. La Biblia nos dice varias cosas muy distintivos y claras acerca de lo mundano. Cuando una mujer se viste de una manera que anuncia su sexualidad o promueve una imagen de unisex, escuchamos a predicadores referirse a sus ropas como ropas mundanas. La mundanalidad casi siempre se refiere al pecado de participación en prácticas identificadas con el mundo. Las Escrituras definen "el mundo" no como un globo, sino como el sistema dominado por Satanás. 2Corintios 4:4 identifica a Satanás como "el dios de este mundo".
 Entonces el mundo es el reino que Satanás ha puesto para llevar a cabo sus prácticas y propósitos, para lograr sus metas. Ser mundano es conformarse a los deseos del dios de este mundo de la misma manera que el Cristianismo se conforma a los deseos del Dios del cielo. Isaías 14:12-14 define las metas de Satanás: Él quiso hacerse igual a Dios para derrotar la alabanza a Dios y ganar alabanza para sí mismo, y para reinar sobre la creación en lugar de Dios. ¿Por qué es que los predicadores piadosos predican en contra de lo mundano? Es porque las cosas mundanas y el pecado roban la gloria que realmente pertenece a Dios y a la justicia
Examine las preguntas y se dará cuenta que lo mundano tiene participación con el reino de Satanás, permitiendo que el diablo sea glorificado y sea puesto en un lugar preeminente en nuestras vidas. Lo mundano, entonces, es un acto para traer gloria al reino de Satanás de la misma manera en que la piedad trae gloria al reino de Dios. Lo mundano promueve el pecado y la piedad promueve la justicia. Usted dice: "Yo no soy una mala persona por la forma en que me visto. No soy una fanática". La Biblia es clara, sin embargo, en declarar que no hay un intermedio en ningún área de nuestra vida. Santiago 4:4: "¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios". El rechazar la norma de Dios en el vestir es elegir el vestir que promueve pecado y que trae gloria a Satanás.
El diablo tiene un estilo de ropa femenina diseñada para promover sensualidad, fornicación, homosexualidad y toda clase de prácticas viles. Hemos recibido mandamientos rígidos acerca de nuestra relación con este mundo que reflejan el peligro que representa en nuestra vida espiritual. "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre". (1Jn. 2:15-17)
Dios no nos dijo que no debemos amar al globo terráqueo, o no apreciar a esta tierra. Él nos estaba diciendo que no debemos amar al reino de Satanás aquí y todo lo que este representa. Conozco a mujeres que rechazarían a Dios antes que rechazar su ropa anticristiana. Aman más al mundo de Satanás que a Dios. Romanos 12:2 "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta". No debemos hacer un esfuerzo para conformarnos y ser aceptados en la manera de vivir del mundo. El diablo está listo para tratar de meternos en su molde para que nos conformemos. Dios nos da la alternativa de transformarnos a la imagen de Cristo en la misma forma de transformación que hace que una oruga se convierta en una mariposa.
1 Timoteo 2:9-10 "Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad". Ropa modesta, en este pasaje, no se refiere a una característica de la ropa, sino se refiere a un tipo específico de ropa. "Katastole" es la palabra griega que es traducida como "ropa decorosa".
La definición literal de la palabra es "una prenda de vestir larga y suelta". Con esto podemos medir nuestros guardarropas. La norma Bíblica para vestirse entonces, es una prenda de vestir larga y suelta, para no revelar los contornos de una mujer que son destinados para los ojos de su esposo. ¿Qué clase de ropa incluye esto? Primeramente, no incluye pantalones como ropa femenina. Algunas iglesias y escuelas permiten a las mujeres usar pantalones para deportes y actividades para decir que es más modesto que un vestido o una falda; pero no hay nada de modesto en unos pantalones.
No hay manera de estrechar esta regla Bíblica de "una prenda de vestir larga y suelta" para incluir pantalones. Quizá sean largas, pero no son modestos. El cuerpo de una mujer no está completamente tapado con unos pantalones, es solamente desplegado en otro color. Toda la anatomía debe ser discretamente cubierta por un KATASTOLE; los muslos y las curvas son especialmente enfatizados por los pantalones. Una hna. me dijo que su decisión de limitar su guardarropas a vestidos y faldas fue el resultado de un estudio. Todos los argumentos y razones eran en vano hasta que la dama que hacía la demostración dijo, "Permítanme demostrarles algo". Pidió a las mujeres que cerraran los ojos momentáneamente. Mostró un dibujo grande de una mujer con una falda y blusa atractivas. Pidió a las mujeres que abrieran sus ojos.
Entonces preguntó, "¿Cuál es el punto central del dibujo?" "¿Dónde fijaron los ojos naturalmente?" La audiencia estuvo de acuerdo que sus ojos fueron primeramente atraídos hacia la cara de la mujer. Pidió otra vez que cerraran los ojos. Cuando abrieron sus ojos vieron a un postor grande de una mujer en una blusa deportiva y un par de pantalones vaqueros. Ella dijo, "Sean honestas con ustedes mismas, y díganme, ¿Dónde fijaron sus ojos en el dibujo? Muchas de las mujeres presentes se sorprendieron al notar que la mayoría de los ojos fueron primeramente atraídos al área de las caderas y las curvas enfatizadas, antes de notar la cara de la mujer. ¿Si esto ocurre en un grupo de mujeres, ¿cuánto más seria en un grupo de hombres? Para esta hermana, esta fue toda la "evidencia" que necesitaba.
Deuteronomio 22:5 dice, "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; Porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace".
El diccionario define la palabra abominación como "algo sucio y lleno de odio". Acciones más atroces imaginables son categorizadas en las Escrituras como abominables, como la homosexualidad, bestialidad, alabanza falsa que se burla de Dios, brujería, y otras ofensas graves. Dios nos dice que Él es así; a Él le repugna que las mujeres se vistan con ropa de hombres. ¿Pero quién dijo que los pantalones son ropa de hombre? ¡Dios lo dijo! Contrario a cómo hemos sido engañados por el arte, la televisión, etc., la ropa de los hombres y las mujeres en los tiempos Bíblicos no eran idénticas. Había una plena distinción entre sus ropas. La mayor diferencia entre la ropa masculina de ahora y de aquel tiempo es que esos hombres se vestían con una vestidura más larga que la ropa usada por hombres hoy ida. En algunos tiempos, llegaban a las rodillas, pero casi siempre eran más largas.
El Señor mandó a Job dos veces que se ciñera los lomos y lo especificó como una práctica de vestir masculina. Job 38:3, "Ahora ciñe como varón tus lomos, yo te preguntaré, y tú me contestarás". Job 40:7, "Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me responderás". Esta frase nunca es usada en referencia a una mujer, ni ninguna otra referencia que sugiera que los pantalones son ropa femenina. La práctica de vestirse con pantalones y una vestidura superior más corta, o de levantar la vestidura superior para revelar las piernas y los muslos en pantalones fue solamente practicada por hombres y aprobada para hombres, por lo que dice la Biblia.
Dios nunca tuvo la intención de que tuviéramos una mezcla de géneros, y es bastante claro en muchos pasajes en la Biblia. El Señor puso diferencias específicas entre el hombre y la mujer en cuanto a ropa y largor del cabello para que una persona inmediatamente pueda ser identificada por su silueta; y nos dio mandatos directos para que mantengamos estas diferencias.
Es una abominación a Dios. Deuteronomio 22:5, ". . .Ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace".
Todo el sentido común nos hará pensar que esto desagrada a Dios. Pero espere, ¿qué le dice que los hombres no deben vestirse con vestidos? ¿Cómo sabe que son solamente para mujeres? Yo pienso que lo sabemos de la misma manera en que sabemos sobre la largura del cabello, por lo que dice la Biblia y lo que la naturaleza nos enseña. Dios programó en nuestro conocimiento instintivo que las faldas o KATASTOLES son ropa de mujeres y los hombres no los deben usar.
Estamos de acuerdo con Dios que tal práctica debe ser considerada una abominación. Siga su línea de pensamiento por un momento. ¿Por qué es que un hombre no debe vestirse con un vestido? ¿Por qué es ropa femenina? Si un hombre no debe vestirse con un vestido, ¿cómo debe vestirse? ¿Con pantalones? ¿Entonces significa eso que pantalones es ropa masculina? Si un vestido es exclusivamente ropa de mujeres, ¿qué clase de ropa le pertenece y caracteriza a un hombre en esta cultura? Yo he visto antes a hombres en faldas--y seguramente nunca me acostumbraré. Pero fallamos en recordar que hace 75 años las personas se sorprendían al ver a una mujer en pantalones, como se sorprenden hoy al ver un hombre con una falda.
Era común asumir que una mujer vestida con pantalones era anormal y también es anormal ver a hombres vestidos con faldas o vestidos. Por lo tanto, el diablo puede engañarnos al aceptar cualquier clase de pecado, y este es el peligro secreto de la televisión. En esta generación nos hemos acostumbrado tanto a ver mujeres vestirse con pantalones que ya no parece anormal, y muchas mujeres en los años 1990 se han vestido con pantalones toda su vida. Vivimos en una generación donde algunas niñas nunca han tenido un vestido.
Pero Dios no ha cambiado. Deuteronomio 22:5, "No vestirá la mujer traje de hombre... porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace". Dios tiene el mismo disgusto hoy con las mujeres que se visten con ropa de hombre que tenía cuando la Biblia fue escrita. Las faldas para hombres están siendo sacadas al mercado de la moda, y quizás en pocos años en el futuro serán tan comunes y aceptables como los pantalones para las mujeres. En un programa de televisión, Phil Donahue tuvo una entrevista con diseñadores de ropa sobre el futuro de las faldas para hombres.
Varios de los modelos estaban vestidos con faldas, incluyendo el mismo Sr. Donahue. Cuando la conversación se abrió para comentarios de parte de la audiencia, las mujeres no tardaron en declarar su disgusto por tan ofensiva práctica. Donahue les respondió: "Si es malo que los hombres se vistan faldas, entonces es igualmente malo que mujeres se vistan con pantalones". Las mujeres que insisten en que hombres no deben vestirse con ropa femenina están vistiéndose día tras día con ropa masculina.
El mandato de distinción en la ropa es dirigido más específica y rigurosamente a mujeres que a hombres. Los hombres simplemente no deben vestirse con ropa femenina. Dios dice que una mujer no debe vestirse con lo que pertenece a un hombre, ni cualquier cosa que parece ropa de hombre. No es la ropa lo que es abominable a Dios, son las personas que se visten con tales ropas. "... Porque es abominación a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace".
Cuando la Biblia usa la palabra abominación es un pecado serio. Ciertamente esto no es un caso menor.
Espero que sea sincera y sumisa al escudriñar la Palabra de Dios para contestar esta pregunta: "¿Qué vestiré?"
Primeramente hemos hablado sobre qué es el ser mundano, lo cual es exactamente opuesto al ser piadoso. El ser mundano es participar en cualquier práctica que glorifica a si mismo y al pecado y alarga los planes del diablo para nuestra vida; así como el ser piadoso trae gloria a Cristo, exalta una vida santa y expresa sumisión al plan de Dios para nuestras vidas. La ropa mundana, entonces, es cualquier ropa que no glorifica a Dios por mi apariencia; sino que apunta hacia la sensualidad o se rebela contra el plan de Dios y la distinción entre el hombre y la mujer. Hemos examinado Deut. 22:5, y 1 Ti. 2:9 que enseñan claramente que la ropa apropiada para una mujer consiste en "ropa decorosa" (modesta.)
Era sólo para hombres el "ceñir los lomos" (Job 40:7) exponiendo sus piernas y la parte baja del cuerpo cubierto con pantalones. La ropa de la mujer era dejada suelta, y los pantalones nunca han sido parte del guardarropa que Dios quiso que las mujeres tuvieran. Me puse a pensar, "¿Por qué es un tema tan explosivo?" He escuchado a pastores predicar contra la música rock, y la gente traía sus casetes y discos y los quemaban. He escuchado a pastores predicar contra el alcohol, pornografía, telenovelas y toda clase de pecados viles y nunca he escuchado a nadie tratar de justificarlos.
Pero deje que el pastor predique contra las mujeres que se visten con pantalones, shorts, bikinis y faldas cortas, y habrá una guerra mundial. Iglesias han sido divididas, amigos se han separado y la obra de Cristo ha sido dañada porque tantas mujeres insisten en que eso es bueno cuando Dios dice que es malo. ¿Por qué es así? Hombres afeminados, libidinosos, mujeres masculinas y homosexuales son ciertamente más comunes hoy que en cualquier otro tiempo desde Sodoma y Gomorra.
Pero todavía no he escuchado de iglesias donde se predica la Biblia donde hombres salvos insisten en vestirse con ropa de mujer. Nunca he escuchado de una invitación para hombres a venir al altar para dejar sus faldas, ¿verdad? Esto no es un problema para los hombres en nuestras iglesias. Pero las mujeres que no quieren dejar sus pantalones han sido responsables de muchas divisiones en iglesias y miles de mujeres han cambiado sus membresías o dejado sus iglesias totalmente porque los pantalones tenían un ancla en sus corazones.
Muchas mujeres no se rebelarían contra la predicación de cualquier otro tema; pero tendrían un ataque histérico si el predicador se levantara y predicara Deut. 22:5 diciendo que las mujeres no deben vestirse con ropa de hombre. Es obvio que el diablo tiene una fuerte garra en la vida de muchas mujeres en esta área. La separación en nuestras normas de vestir traerá más problemas en una iglesia que casi cualquier otra cosa. Otra vez -- ¿por qué es un tema tan polémico?
Cuando Dios dio las distinciones entre el hombre y la mujer, Él eligió a la mujer para que vistiera vestido y tuviera el cabello largo, lo cual es más femenino. Dios ordenó que los hombres se vistieran en pantalones y con cabello corto, lo cual es por naturaleza más masculino. La Biblia es tan clara que podemos distinguir plenamente lo que es apropiado y natural, a menos que nos hayamos programado contra las enseñanzas naturales que Dios ha puesto dentro de nosotros.
 "La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?" 1 Co. 11:14. La naturaleza nos dice que un hombre debe tener cabello corto y por supuesto el cabello de la mujer debe ser lo opuesto y debe distinguirse fácilmente del hombre. Las distinciones que Dios demanda entre un hombre y una mujer deben apuntar plenamente hacia la diferencia de la posición que Dios espera para ellos en su cadena de orden.
 "Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo". (1 Co. 11:3) Tanto como el pelo corto habla de la posición y responsabilidad del hombre, los pantalones, siendo identificados como ropa masculina, se han hecho el símbolo de la autoridad del hombre. La cadena de orden era un detalle muy pequeño en el plan original de Dios. Cuando no había pecado, no había peligro con conflictos en voluntades o direcciones. Pero inmediatamente, cuando entró el pecado al mundo, la necesidad de autoridad y comunión vinieron con él. Inmediatamente después de la caída, en Gn. 3:16, Dios detalló su molde.
"A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreara de ti".
Este es el tipo de clima amoroso que quiero ver en mi hogar". Con el pecado vino la necesidad de la autoridad y sumisión, y la Biblia es clara en declarar que la largura del cabello femenino de una dama es una manifestación de la entrega interior a la autoridad de su marido. Inmediatamente después de estos versículos, la Biblia sigue diciendo, "Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles... La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello". (1 Co. 11:10, 14, 15) La palabra "poder" significa "jurisdicción", "el privilegio o derecho de gobernar".
 Entonces el cabello largo de una mujer muestra el derecho de su esposo a ser su autoridad. Dios dijo que una mujer debe tener cabello largo. Primeramente, es un símbolo externo de su sumisión voluntaria a su marido. Segundo, nos dice que es por causa de los ángeles. Quizá no pareciera algo muy importante a otras personas; pero Dios dice que en el área espiritual es muy importante porque es observado por seres espirituales. Debemos concluir, entonces, qué no sólo los ángeles, sino también Dios y Satanás observan la longitud del cabello de una mujer y el significado que esto encierra.
Directamente después del mandato a la mujer de usar vestidos sueltos y largos, se muestra otra vez la cadena de orden. No únicamente el cabello, pero también el vestido es un signo exterior de su sumisión interna a Dios y a su esposos.
La Biblia nos muestra la relación entre la sumisión y la rebelión de una mujer y en cómo se viste. Los pantalones siempre han sido símbolo del hombre y su autoridad. Cuando busca un baño público, verá dos puertas sin palabras. Una puerta tiene una muñequita con falda y la otra tiene un muñequito con pantalones. ¿Eso le causa duda y se detiene en el pasillo y piensa: ¿cuál es cuál? ¡No! Ya sabemos, porque los pantalones siempre han sido asociados con hombres. Aun el mundo lo sabe.
Si tomáramos esos dibujos seriamente, necesitaríamos sólo un baño porque casi todo el mundo se viste con pantalones hoy en día. (¡Esto llegará a ser algo muy común: un solo baño para mujeres y hombres!). Ha escuchado a gente decir esto por años: "No hay dudas sobre quién lleva los pantalones en esa familia". Los pantalones son un símbolo de la autoridad del hombre, y cuando una mujer se viste con pantalones ¿?, "Tu Ropa Lo Dice Por Ti".
Su ropa dice mucho de usted, y casi toda la gente que ve todos los días no se detiene a hablar con usted; pero pueden leer claramente el mensaje que usted da por la manera en que se viste. Entonces, ¿qué dicen sus pantalones de usted? "Yo soy mi propio jefe. Yo tomo las riendas, y mi marido o mis parientes no tienen ningún derecho de decirme qué hacer. Yo rehúso obedecer a mi autoridad dada por Dios".
Es clara y simple rebelión. El primer pecado en la historia fue la rebelión. Satanás se exaltó a sí mismo contra Dios y cayó de su gran posición en el cielo. Todo pecado que se ha cometido vino de ese pecado. El primer pecado de la humanidad tuvo sus raíces en la rebelión. El diablo prometió a Eva, "Seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal". Parte de la tentación por la que Eva cayó era el deseo de ser como Dios, no en santidad, sino en poder y autoridad. Satanás animó a Eva a compartir el pecado de la rebelión y nos anima a nosotros en la misma dirección.
 Yo nunca comprendí por qué el pecado de vestirse con ropa de hombre era tan gran abominación como otras acciones horrendas imaginables. Yo no lo entendí hasta que me dí cuenta que el pecado de la rebelión era la base del asunto. De acuerdo con todo lo que hemos estudiado en la Biblia, la mujer que viste pantalones es claramente un símbolo de rebelión. Por eso es que esta moda es una de las herramientas favoritas usadas por el diablo. Note también, que no han pasado de moda como otros artículos de ropa. Los pantalones para mujeres son unas de las selecciones favoritas de "ropa mundana" que el dios de este mundo quiere que usen, porque indican claramente su pecado favorito: la rebelión.
Muchas mujeres son rápidas para recordar el versículo que dice: "El hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón". Si, es verdad. Una persona que se cubre por fuera vistiéndose correctamente y cuyo corazón está lleno de maldad no puede engañar a Dios. Dios mira el corazón, pero eso no significa que Dios está ciego a la apariencia de afuera. La Biblia es muy clara en decirnos que nuestra apariencia es importante, si no fuera así, estos versículos no se encontrarían en sus páginas. También no olvide que "El hombre mira lo que está delante de sus ojos".
Las personas no pueden ver nuestros corazones para saber lo que hay dentro, pero sí pueden discernirlo por lo que está fuera. ¿Cuándo ve a un pájaro gordo con un pico grande amarillo que camina hacia al lago, lo caza y lo mata antes de decidir que clase de animal es? No, no lo hace. Usted dice, "Allí va un pato". ¿Ahora cómo pudo recopilar tanta información sin haber visto lo que había adentro? ¿Podrá ser que Dios hizo casi todo para lo que está dentro pueda ser identificado por lo que se ve desde afuera? Un libro es reconocido por su tapa.
Lo que está escrito en la tapa le da una idea general de lo que encontrara en sus páginas. Nadie pondría por título "Como Cocinar" en la tapa de un libro lleno de planos de casas. De la misma manera, lo que está dentro de nuestro corazón está claramente reflejado afuera por nuestras acciones, actitudes y también nuestra ropa. ¿Si su ropa lo dice por usted, entonces ¿qué está diciendo su ropa al mundo?
Hay ahora mujeres que tienen una carrera mientras sus esposos juegan a "Ser Mamá" y se quedan en la casa con los niños. En muchas familias el esposo y la esposa tienen trabajos diferentes, viven una vida alejada el uno del otro, y dejan que otros cuiden a sus hijos, o permiten que se cuiden solos. De la misma manera en que las mujeres han reflejado su autoridad por "ponerse los pantalones en la familia", están también usurpando la autoridad y han causado este gran quebranto.
Ahora vivimos en una segunda generación donde muchos grandes hombres fueron criados en hogares donde mamá se ponía los pantalones en la familia--no solo en ropa--sino en autoridad también. Quizá usted no piensa que esto es de mucha importancia, pero conforme a las normas Bíblicas, debería declararse una emergencia nacional. Hemos hablado sobre las ropas que no son correctas, pero, ¿por qué no ver lo que sí es bueno? Una de las preguntas es la siguiente: ¿Si Dios espera que se vistan como las mujeres se vistieron en la Biblia, por qué es que no tienen que vestirse con vestidos que llegan hasta el piso? ¿Por qué es aceptable vestirse con vestidos que solo llegan abajo de la rodilla? 1 Timoteo 2:9 es la base Bíblica para estas normas de vestir; dice que una mujer debe vestirse con ropa modesta, (un Katastole en griego) una ropa suelta y larga.
Eso hace una distinción mas profunda para notar -- LARGA. Alguien va a decir, "¿Cuán largo es largo y cuán corto es corto?" El mundo no se preocupa de ser demasiado mundano, pero parece que "los Cristianos" están tratando de no ser demasiado cristianos. ¿Por qué es que queremos vestirnos como el mundo se viste y convencernos de que Dios aprueba esto? El mundo llama a una minifalda "mini", y de alguna manera pensamos que podemos modificarla para que signifique largo. ¿Define la Biblia cuan largo es largo? ¿Hay alguna referencia sobre la longitud de katastole? Babilonia es llamada en el libro de Apocalipsis "la madre de las rameras".
En los primeros versículos de Isa. 47, hay un bosquejo de como Babilonia dejó su virginidad y se convirtió en ramera. Me doy cuenta que se refiere a una nación o un imperio, pero pienso que tiene importantes enseñanzas literales para mujeres. "Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada.
Toma el molino y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos. Será tu vergüenza descubierta, y tu deshonra será vista; haré retribución, y no se librará hombre alguno. Nuestro redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel. Siéntate, calla, y entra en las tinieblas, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán señora de reinos". Isa. 47:1-5 Note primero que ella dejó su posición real para sentarse en el polvo. Perdió el encanto de la inocencia y pureza. Cuando dejó esto atrás; se puso a trabajar en una labor física muy dura.
Cortó su cabello. Y lo más importante para nosotros aquí es que descubrió sus piernas, más específicamente, sus muslos. Aquí vemos que en el progreso de virgen al punto de convertirse en ramera, descubrió sus muslos. Uno de los versículos dice, "pasa los ríos". Yo pienso que esto significa que cruzó los límites naturales dados por Dios. En descubrir sus piernas y muslos, la Biblia dice, "Será tu vergüenza descubierta, y tu deshonra será vista"; sigue diciendo que nunca más se podrá hablar de ella como una señorita. Hay algunas cosas poderosas en este pasaje. Lo principal que deseo recalcar es que para Dios descubrir los muslos es igual que la desnudez. Si alguien recomienda a una mujer que vaya a un negocio desnuda, nos horrorizaríamos.
No obstante hay muchas mujeres que son salvas y piensan que está bien conque estén solamente 75% o 80% desnudas. Parece que no queremos vestirnos de una manera ofensiva al mundo, pero no pensamos en si esto ofende a Dios o no. La desnudez incluye el descubrir los muslos, entonces una ropa suelta y larga pasa el examen de Dios como ropa modesta, la ropa DEBE cubrir el cuerpo y las piernas de una mujer hasta abajo de las rodillas. Y, yo agregaría, que debe cubrir los muslos siempre, mientras estás parada, sentada, caminando, inclinándote y cualquier otra cosa que hagas. No encontrarás un vestido o una falda que apenas cubre las rodillas que puede tapar a una mujer modestamente todo el tiempo. Debe tener una longitud extra para poder vivir su vida tranquilamente.
La Biblia habla del "atavío de ramera". "Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, con atavío de ramera y astuta de corazón". (Pr. 7:10) ¿Te has puesto a pensar en que clase de ropa era? ¿Qué era lo que mostraba la inmoralidad de una mujer para que un hombre supiera que estaba "disponible?" Una mujer no podía salir en público en ropa suficientemente corta como para revelar su cuerpo. Pero una ramera revelaba su cuerpo con tener aberturas en la falda para mostrar sus piernas mientras caminaba. Revelar sus piernas a hombres era como "propaganda".
No había preguntas en las mentes de hombres sobre el uniforme de una ramera. En nuestra vida hemos visto la moda de faldas con aberturas, pero no es una moda nueva. Es la era en que casi todos los estilos de ropa que son populares, eran propagandas de rameras de siglos atrás, por eso, no es una sorpresa descubrir que solo un pequeño porcentaje de señoritas de las escuelas públicas mantienen su pureza sexual hasta llegar al altar matrimonial. Si la ropa modesta significa katastole o una ropa suelta y larga que completamente tapa los muslos, entonces no incluye los shorts. Ni las minifaldas. Y definitivamente no incluye los bikinis. Usted dice: "Pero yo uso un traje de baño modesto de una pieza".
Porque su ombligo está tapado no lo hace modesto. No hay tal cosa como un traje de baño de una pieza que sea modesta, a menos que cubra del cuello hasta las rodillas, suelto y largo. ¿Yo no he escuchado de uno de estos, y tú? Si tú no te acostarías en tu patio de atrás sin nada puesto, no deberías acostarte en tu patio con un traje de baño tampoco. Déjeme darle un ejemplo: "Te molestaría explicarme ¿por qué necesita tostar esa piel que no planeas mostrar? Si tú estabas planeando en vestirte modestamente, entonces te puedes vestir modestamente mientras estás en el sol también, entonces toda la piel que piensas mostrar estaría tostada, ¿verdad? Si las mujeres americanas estuvieran más preocupadas por su carácter, su caminar con Dios, su matrimonio o sus hijos, que por su piel, este país no estaría en tan mal estado.
Estoy seguro de que esperas que cambie de tema, entonces seguiremos. Las mujeres deben vestirse modestamente. Te aconsejo a que leas tu Biblia en julio y ve si dice lo mismo en diciembre. La Biblia no cambia cada temporada como tu guardarropas. No cambia con la localidad tampoco. Dice la misma cosa en lima, Perú que si lo leyeras en Alaska."Pero hace calor afuera". Estoy seguro que hacía calor en los tiempos de la Biblia cuando Dios dijo que las mujeres se vistieran modestamente también. Yo he escuchado decir, "yo no estoy en contra de estar nadando con el sexo opuesto, yo estoy en contra de la desnudez con el sexo opuesto".
El problema no es el agua o el deporte, es la falta de ropa. Tenemos tiempos para que las mujeres naden privadamente, y los muchachos Aparte. Pero el mundo no nos hace ese favor. Quizá habrá oportunidades cuando tu familia pueda nadar o jugar en el agua y todos estando vestidos con su ropa normal, con la condición de que no se hagan transparentes cuando se mojan. Aunque tu estés vestida modestamente, acuérdate de que nunca debes exponer a tu esposo, tus hijos o a ti misma a un ambiente donde otras personas están mostrando su desnudez. (¡Si tú llevas a tu esposo a la playa o a la piscina para que mire a otras mujeres en sus bikinis y trajes de baño, tienes un agujero extra en tu cabeza!) Cierto pastor presentó el tema de modestia en un sermón de la siguiente manera: "Si una mujer estaba apuntada para cantar un especial aquí en la plataforma, y ella viene vestida en su ropa interior, ustedes estarían enojados.
Pero vamos a suponer que ella viene a la plataforma de la iglesia a cantar un especial solo en su ropa interior, y ella decide pintar unas flores o rayas sobre su ropa interior para hacerla aceptable. ¿Eso sería correcto? ¿Pero qué si traemos un camión lleno de arena, una palmera, y agua bonita que pudiera rodearla mientras canta un antiguo himno de la fe vestida solo en ropa interior decorada con flores? Ahora estaría bien, ¿verdad? Ahora si la trasladáramos a ella a la playa con la arena, las palmeras y el mar, ¿sería aun más correcto que ella representara al Señor y le cantara a Él, vestida solo en ropa interior decorada con flores? Si no fuese correcto cantar himnos vestidos de esa forma, entonces no es correcto hacer ni una cosa vestida -- o desvestida -- de esa manera.
Nuestro trabajo es representar al Señor TODO EL TIEMPO". Muchas mujeres que no se atreven a contestar la puerta en ropa interior no tienen problema en salir a su patio o a la playa en un traje de baño que cubre lo mismo, o menos. Como es aceptable al mundo, muchos de nosotros solo nos preocupamos con agradar al mundo y entonces hacemos como ellos lo hacen y no nos importa lo que Dios llame desnudez. Si Babilonia cruzó los límites dados por Dios cuando ella destapó sus muslos y sus piernas para la vista pública, entonces Dios tiene un límite o una frontera de modestia para nosotros también. La Biblia pone el límite de vestidos hasta las rodillas para pasar la prueba de Dios para ropa modesta. La minifalda fue introducida hace 20 años y se conoció como la marca registrada de la revolución sexual.
El mundo está de acuerdo en que exponer los muslos es invitar a la inmoralidad. La Biblia dice que si un hombre mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio en su corazón. Pero cuando una mujer invita tal atención por la manera en que está vestida (¡o desvestida!), entonces ella está pecando tanto como él. Ella ha cometido adulterio en su corazón también. Aquí hay una porción del sermón de Dr. Jack Hyles, "Minifaldas en la luz de la Biblia:" "¿Sabía que el atraer a un hombre exponiendo demasiado su cuerpo es un 'atajo' de ser atractiva? ¿Sabe que es lo que atrae a un hombre? El dulce misterio de una mujer. Cuando de repente usted se descubre y trata de atraer a un hombre estrictamente por medio de sus sentidos físicos, usted está tomando un 'atajo' para atraerlo, el cual sobrepasa la manera en que debe atraerle. La Biblia dice: un espíritu apacible y afable; este es el dulce misterio sobre la personalidad de la mujer.
Yo pienso que debe ser bonita y pienso que debe ser atractiva. Esta es la manera de llamar la atención. Pero el exponer su cuerpo para llamar la atención es una manera de recibir atención sin trabajar por ella. Cualquiera puede llamar la atención por quitarse la ropa, pero se requiere ser una verdadera dama para recibir atención por el dulce misterio de la feminidad". Esta no es tan solo la opinión de un predicador; pero de un hombre que sabe cómo los hombres son afectados por la desnudez del cuerpo de una mujer. ¿Qué de la parte superior del cuerpo, el pecho, el busto, los hombros? ¿Cuál es la posición de la Biblia en cuánto a estilos escotados, vestidos de sol, etc? No hay preguntas sobre si la parte central del cuerpo debe ser tapada. En Génesis 2 encontramos a Adán y a Eva, esposo y esposa, en un estado de inocencia. No conocían el pecado, no tenían una naturaleza pecaminosa ni males deseos.
Cuando pecaron y perdieron su inocencia, inmediatamente vieron la necesidad de usar ropa. "Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales". Aún en su estado pecaminoso se dieron cuenta de la necesidad de cubrirse. Entonces con su lógica humana decidieron hacerse ropa de hojas de la higuera.
Cuando Dios entró en el panorama les cubrió con "túnicas de pieles". Yo me doy cuenta que esto muestra la diferencia entre la justicia hecha por hombres y el derramamiento de sangre inocente por nuestros pecados, pero no estoy señalando la diferencia entre las hojas de higuera y las túnicas de pieles. Quiero que usted note la diferencia entre delantales y túnicas. ¿Se ha puesto a pensar cuanto cubre un delantal? ¡No mucho! La palabra significa una cobertura para el frente, quizás como el taparrabo de las culturas paganas. (Probablemente cubría más que lo que cubre la ropa que la gente usa en la playa).
 Adán y Eva, en su peor momento espiritual, sintieron la necesidad de cubrirse. Pero lo que ellos creyeron que era suficiente, no lo era para satisfacer a un Dios Santo. Él les hizo túnicas de pieles. ¿Cuánto cubre una túnica? ¡Considerablemente más que un delantal, estamos seguros! Probablemente cubría tanto del cuerpo como un manto. El torso principal del cuerpo y los muslos. Póngase a pensar por un momento en que Adán y Eva todavía estaban solos en el huerto. No había otros hombres que codiciaran a Eva si ella iba al mercado. La única Persona que vino a visitarles era Dios. Pero Dios quería que estuvieran suficientemente vestidos modestos para tener comunión con Él. ¿Significa eso entonces que Dios considera la ropa modesta importante en nuestro caminar con Él? Yo pienso que sí. Tenemos un Dios Santo que no puede tener comunión con el pecado. Él pagó el precio más alto y dio a su Hijo para que muriera en nuestro lugar para que nuestros pecados fueran perdonados y pudiéramos tener comunión con Él.
La razón entera de la separación en cada área de nuestra vida no es para que podamos gloriarnos en cuán buenos somos y lo que no hacemos. El propósito es limpiar nuestras vidas de todo lo que es ofensivo a un Dios Santo para así poder tener comunión con Él y gozar en caminar y hablar con Él como una vez Adán y Eva lo hicieron en el huerto del Edén. "Por lo cual, salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso". (2 Co. 6:17-18) Dios nos manda a "salir de en medio de ellos" en vez de salir del mundo, porque separarse del mundo es necesario para acercarse a Dios. Pero no tiene sentido separarse del pecado y no tener una dulce comunión con Dios y caminar con Él.
La separación del mundo sin comunión con Dios es como los israelitas atrapados en el desierto donde no podían tener la comida de Egipto, pero tampoco tenían la leche ni la miel de Canaán. Es como recibir una ración diaria de ropa sucia, platos sucios y tener una casa sucia sin recibir el afecto de una familia para agradarte. En otras palabras, es TONTO. La respuesta no es dejar las normas de separación, sino cultivar nuestro caminar con Dios. Esta es la razón por la cual algunas personas han dado la espalda a las normas Bíblicas para volver al mundo. Tomaron las normas Bíblicas como una carga innecesaria, en lugar de verlas como un camino para apartarse más del pecado y acercarse más a Dios. Tenemos que cuidarnos para que la vida cristiana no sea tomada como "No harás". y darnos cuenta que Dios quiere que dejemos atrás lo manchado y de menor valor, para que Él nos pueda dar algo mucho más maravilloso y satisfactorio a nuestro espíritu.
No se quede atrapada en el desierto; sino siga separándose del mundo y acercándose a Dios. Dos mujeres estuvieron conversando sobre la gran diferencia en sus estilos de vida, aunque las dos eran salvas. Una era una cristiana piadosa separada del mundo, que vivía y se vestía de acuerdo con la Biblia. La otra mujer claramente llevaba la marca del mundo, y era evidente en su ropa, su entretenimiento y todas las áreas de su vida. Tenía todo lo que pensaba que quería, pero estaba muy triste, y envidiaba la paz y el Contentamiento que veía en la vida de esta otra mujer. Después de hablar por un rato, ella dijo, "Sabes, yo daría el mundo entero por tener la paz, y la felicidad que tú tienes". La sorprendente respuesta fue esta: "Qué chistoso. Eso es exactamente lo que me costó a mí".
¿Qué vestiré? solo debe vestirse con lo que es modesto y suelto; solo con lo que cubre el torso y los muslos; solo con lo que es clara y distintivamente femenino; solo con lo que pasa el examen de Dios para "un vestido largo y suelto". No permita que el estilo, la influencia mundana, la conveniencia, el dinero que ha invertido en un guardarropa mundano, o un espíritu de rebelión le quite el deseo de obedecer a Dios en este asunto. Si el mundo le ofrece un estilo que se conforma a la guía Bíblica de katastole, entonces podemos disfrutar ese estilo de ropa. La meta principal es que agrademos al Señor. Cuando empezamos este estudio yo le desafíe a orar y a prometer a Dios que lo que fuera que leyera en la Biblia, que no fuera un reglamento de hombres; pero ciertamente lo que Dios quiere en el área de los vestidos de las mujeres, usted lo obedecería.
Nota: la Biblia si menciona a los pantalones, y los menciona como calzoncillos y solo era usado por hombres de ahí viene el termino cíñete los lomos, ejem. Job, pedro; Éxodo 28; 42
v.42Y les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; serán desde los lomos hasta los muslos. Ojo: los lomos no son las costillas, es la parte inferior y central de la espalda.
La Biblia relata la historia del joven rico, Jesús le pidió que dejase sus riquezas, hoy Jesús te esta pidiendo que dejes tu ropa anticristiana, que responderás, te iras triste como el joven rico, te reirás, te enojaras, seguramente ese joven se perdio. Espero que busques agradar al Señor.
Poncio Pilato le dio dos alternativas a los israelitas Jesús o Barrabas, tu sabes cual fue su respuesta, pero ¿Cuál es tu respuesta?, seguir a Jesús demanda de muchos sacrificios, lo harás.
Ahora es el tiempo de acordarse de esa promesa que se hizo al comenzar y hacer unos cambios y decisiones específicas. Espero haberle presentado claramente lo que el Espíritu Santo pacientemente me enseño de la Biblia sobre este tema, y haber respondido a esta pregunta para usted: ¿Qué vestiré?.
Cortesia Rev. Ezequias Garcia / Aportes por ministerio KEDUSHA

Tuesday, June 19, 2012

El precio de ser cristiano en tiempos modernos

Foto tomada de Iran.

Por: David Wilkerson

Una de las mejores formas de perder amigos y ser rechazados, es caminar conforme a la voluntad de Dios. Tener seriedad en los asuntos espirituales, abandonar todos tus ídolos, volverte al Señor con todo tu corazón, quitar tus ojos de las cosas del mundo... Y ¡Repentinamente te has convertido en un fanático religioso y te hallas ante el peor rechazo por el resto de tu vida!
 
Cuando eras tibio, teniendo una forma de santidad sin poder, cuando no eras demasiado pecador o demasiado santo... tú no tenías problemas con nadie, ni aun con el diablo. Las cosas estaban tranquilas, eras aceptado. Tú eras justamente otro de los muchos creyentes indiferentes.

Pero has cambiado. Tuviste hambre de Dios. Te convertiste de tus pecados y no pudiste participar ya más de los juegos de la iglesia. Te arrepentiste y te volviste al Señor de todo corazón. Se vinieron abajo los ídolos. Empezaste a escudriñar la Palabra de Dios. Te detuviste de ir tras las cosas materiales y llegaste a obsesionarte con Jesús. Viniste a un nuevo reino de discernimiento y comenzaste a ver cosas en la iglesia, las cuales antes no te interesaban. Escuchas cosas desde el púlpito que quebrantan tu corazón. Ves a otros congregantes comprometidos con el mundo, exactamente como tú estabas una vez. Eso te lastima. Has sido despertado, cambiado, quebrantado y contrito en espíritu. Y tienes ahora una carga por la iglesia dada por Dios.

¡Pero en lugar de que tus amigos se regocijen o entiendan, piensan que te estás volviendo loco!, llamándote fanático.

Moisés fue tocado maravillosamente por la mano de Dios y despertado acerca de la esclavitud del pueblo de Dios: “Le vino al corazón el visitar a sus hermanos, pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así.. (Hechos 7:23-25) Moisés fue el hombre más dócil del mundo; fue consumido por Dios, y movido proféticamente por Él. Él deseaba que sus hermanos oyeran y vieran lo que Dios iba a hacer. En lugar de esto, ellos lo rechazaron, diciendo: “¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? (Hechos 7:27) ¿Quién te crees que eres? Un día comprenderían, pero no ahora.

Cuando el Espíritu Santo me despertó hace años, cuando empecé a ver su llamado a la santidad; y me convencí realmente de caminar en la verdad y la palabra llegó a ser viva; y cuando empecé a ver cosas que nunca había visto antes, quise compartirlo con todos. Deseé y llamé a los predicadores por teléfono y compartí lo que Dios estaba diciendo. Con muchos que vinieron a mi oficina, lloré y saqué mi Biblia y les señalé las verdades gloriosas de una total rendición y pureza de corazón. Pensé que ellos lo verían también. Pensé que amarían la Palabra y caerían conmigo a orar para obtener un nuevo toque de Dios. En lugar de eso, la mayoría solamente me miraron diciendo cosas como: ¿Estas seguro que no te estas sobrepasando un poco? o, “Es un poco pesado para mí”. Entre más busque a Dios, menos lo vi. Fue como agua helada que arrojaron en mi cara. Ellos no querían escuchar.

Si esto te ha estado sucediendo desde que Dios te despertó, tú no estás solo. Quiero mostrarte y advertirte de acuerdo a la Palabra de Dios, que es lo que te espera si te has decidido a caminar de acuerdo a la voluntad de Dios. Debes esperar tres reacciones: 
1. Serás rechazado 
2. Serás echado 
3. Serás apedreado

1.- SERAS RECHAZADO

Jesús advirtió: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19). Muéstrame un creyente que haya llegado a amar tanto la Palabra, como hacedor de la verdad, y te mostraré uno que será rechazado y perseguido por la totalidad de la iglesia tibia. Abandona este mundo y ellos te abandonarán. Jesús tuvo muchos seguidores, hasta que la palabra que Él predicó fue percibida: –demasiado dura, demasiado exigente–. La multitud que amaba sus milagros escuchó sus declaraciones y lo abandonaron, diciendo: ¡Demasiado dura! ¿Quién puede recibirla? Jesús se volvió hacia los doce y preguntó: “¿Queréis acaso iros también vosotros?” o, ¿Es mi palabra demasiado dura para ustedes también? Pedro respondió: “¿A Quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna”. (Juan 6:67-68) No, Pedro y los doce no se irían porque la mayoría de la gente decía que era demasiado dura, demasiado exigente, la amaban porque estaba produciendo en ellos valores eternos. Ellos permanecerían en la verdad, sin importar el precio.
Esta es la situación que cada cristiano debe afrontar en estos últimos tiempos: ¿Te vas a apartar de la Palabra que te convierte; verdad que señala tu pecado; verdad que remueve, corrige y arruina tus ídolos? ¿Verdad que te llama a quitar tus ojos de las cosas de este mundo, de ti mismo y del materialismo? ¿O te vas a apartar de escuchar un cosquilleo suave, sosegado de la verdad adulterada? ¿Vas a permitir que el Espíritu Santo te pruebe? ¿Te exponga?
La verdad te hace libre: Libre de predicaciones muertas; libre de pastores muertos; libre de tradiciones muertas; libre de doctrinas de demonios; libre de compañerismos que te desvían de la verdad porque es: “Demasiado comprometedora”, como la llaman ellos. Los hacedores de la verdad desean venir a la Luz, dejar que cada hecho secreto sea revelado, Jesús dijo: “Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que practica la verdad viene a la Luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios”. (Juan 3:20-21).
Aquello que es verdad genuina, revela cada cosa oculta. Cuando Jesús empezó a sacar a la luz los pecados ocultos, los judíos religiosos buscaron matarlo. Jesús dijo: “Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi Palabra no haya cabida en vosotros. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios” (Juan 8:37,40 y 47).
La Palabra de Dios dice: “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia”. (2ª. Tesalonicenses 2:8-12).
Hay multitud de cristianos hoy en día que no aman la verdad. Dios dice que esto es a causa de su pecado secreto –“Se complacen en su iniquidad”-. Estos comprometidos amantes del placer están en un horrible engaño. Igual que los judíos de los tiempos de Jesús, están convencidos de que ellos ven. Creen que son hijos de Dios, y rechazan ferozmente cada palabra que revela sus más profundos secretos y codicias. Lo que tienen en sus corazones es algo diferente a la verdad. No están abrazando la verdad como una perla de gran precio. En vez de ello, acarician algún placer oculto, algún ídolo, algún pecado favorito.
Anótalo. Aquellos que te rechazan y abandonan por causa de la verdad, lo hacen porque te ven como una amenaza hacia lo que ellos estiman. Tu vida apartada es una reprensión a su forma de actuar y tibieza.
Pablo escribió a Timoteo: “Me abandonaron todos los que están en Asia” (2ª. Timoteo 1:15). Pablo se había entregado del todo a esa misma gente, declarándoles todo el consejo de Dios. Él fue intachable ante ellos; santo e irreprensible. Fue rechazado por las iglesias de Asia y sus propios hijos espirituales lo evitaron. ¿Por qué?
Pablo ahora estaba en prisión. Estaba sufriendo. Estaba en profunda aflicción; atado por cadenas: “Un prisionero del Señor”. Pero un nuevo maestro había llegado a ser muy popular –un maestro que trajo un susurrante mensaje de prosperidad-. “Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos” (2ª. Timoteo 4:14)
El nombre de Alejandro significa “hombre de placer”. Alejandro e Himeneo estuvieron enseñando un falso evangelio que proveía para la carne. Himeneo fue nombrado después “el dios de las nupcias”. Esto representa un evangelio de amor, de celebración, de placeres humanos, sin santidad. Pablo los entrego a Satanás para destrucción de la carne para que aprendieran a no blasfemar (Ver 1ª. Timoteo 1:20) El entregarlos a Satanás no fue para destrucción de sus cuerpos –sino de la doctrina carnal-. Fue una experiencia de aprendizaje, para que aprendieran a no blasfemar: ¿Cómo podrían aprender si estuvieran muertos? Estas doctrinas negaban todo sufrimiento, toda penalidad.
Pablo dijo que ellos mancharon la verdad de la fe, disculpando el pecado, no tenían conciencia pura. Cambiaron la verdadera fe por las enseñanzas de placeres. Rechazaron a Pablo porque no estaban dispuestos a sufrir penalidades. Sus aflicciones las veían como falta de fe. Para ellos, era el diablo quien lo tenía prisionero. Si Pablo es tan santo, si él predica que Dios es Todopoderoso, ¿Por qué esta sufriendo? Ellos se avergonzaban de sus cadenas. Y existen cristianos hoy en día que te rechazarán; se avergonzarán de ti –por encontrarte en alguna clase de prueba o tribulación o enfermedad-.

2.- TE ECHARAN

Jesús advirtió: “Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios” (Juan 16:2). Jesús dijo: estas cosas les digo, para que no se entristezcan... no se sorprendan cuando las iglesias tibias los arrojen: “Porque no conocen al Padre ni a mí” (Juan 16:3)
Jesús sanó a un hombre que había nacido ciego. Fue traído a la iglesia para ser interrogado por los fariseos religiosos. Sus ojos se habían abierto: ¡Podía ver! Y dijo: “Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo” (Juan 9:25). ¿Se regocijaron ellos porque este hombre había recobrado la vista? ¡No! “Respondieron y le dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿Y nos enseñas a nosotros? Y le expulsaron” (Juan 9:34)
Ese hombre ciego representa el remanente santo –aquellos cuyos ojos han sido abiertos a la santidad de Dios–. Sigan adelante; testifiquen como él lo hizo ¡Antes estaba ciego y ahora veo! Ellos te echarán diciendo ¿Quién te ha hecho nuestro maestro? ¡Si tu pretendes caminar de acuerdo a la voluntad de Cristo, debes estar preparado para soportar su vituperio! “Porque por amor de ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro. Extraño he sido para mis hermanos, y desconocido para los hijos de mi madre (mis hermanos y hermanas). Porque me consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí” (Salmo 69:7-9). Esto habla primeramente de los sufrimientos de Cristo ¡Pero tal como Él estaba en este mundo, así estamos nosotros! Si ellos lo persiguieron y lo vituperaron, harán lo mismo con aquellos que mueren a sí mismos. ¿Quién vituperó a Cristo? ¿Quién amontonó deshonra sobre su cabeza y arrojó su nombre como una inmundicia? ¡La multitud de la iglesia centrada en el hombre!
¡Echar a los creyentes santos, es el más grande favor que la iglesia centrada en el hombre, pudiera otorgarles! Escucho a cristianos decir: Mi iglesia esta muerta ¡No me gusta lo que está pasando, pero Dios me puso aquí! Permaneceré y trataré de cambiar las cosas. Esto puede ser peligroso y es antibíblico. ¡Debemos salir de todo lo que es de Babilonia! También, puede ser la tradición la que te esté deteniendo. Puede ser que no estés listo para caminar de acuerdo a la voluntad de Dios como pensabas. Tus viejos amigos te detienen.
Pablo entraba a las sinagogas en cada parte que iba, “como acostumbraba” (Su práctica) (Hechos 17:2). Él predicó a aquellos ciegos devotos de Isaías, diciendo: “Porque yo hago una obra en vuestros días, obra que no creeréis, si alguien os la contare” (Hechos 13:41). Trató de persuadirlos muy fuerte, esperando que escucharan. Pero finalmente Pablo oyó la profecía de Isaías impactar su alma: ¡No hay forma de que ellos crean, aunque permanezcas con ellos y lo declares! Pon atención a esta advertencia: ¡Haz lo que Pablo hizo y retírate! Él “sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies” (Hechos 13:51). Pablo dijo a estos judíos religiosos: “Era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis... he aquí, nos volvemos a los gentiles” (Hechos 13:46).
Si tú estás en una comunidad o iglesia que ha oído la verdad y la ha desechado: ¡Déjala! Salte ¡O tus hijos pueden apostatar! Olvídate de decir: ¡Es que mis hijos tienen amigos aquí! Sí, y todos ellos pueden creer sin convicción de pecado, por la falta de poder o de la presencia de Dios. Tú no vas a cambiar nada -¡en ninguna manera!- Sin embargo, ellos sí pueden cambiarte. ¿Qué compañerismo tiene la luz con las tinieblas? Sal fuera de ellos y manténte separado y limpio ENTONCES TE RECIBIRE-”
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3.- ¡SERAS APEDREADO!

¡Serás apedreado por la mayoría! “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu” (Hechos 7:59). ¡Había un hombre contra la multitud!
Aquí tenemos un hombre “¡Con sus ojos fijos en Jesús!”, Siendo aborrecido por sus opositores. Escuchen el odio de estos hombres con vestidura de fanático religiosos: “Y crujían los dientes contra él. Se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él” (Hechos 7:54,57). ¿Qué fue lo que este hombre justo hizo para enfurecer a las multitudes religiosas? Predicó la verdad que les partió el corazón: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. Vosotros que recibisteis la ley... y no la guardasteis” (Hechos 7:51,53). ¡Él tuvo que predicar la verdad! Ellos tenían su corazón aún ligado al mundo –atado por su codicia–. Sabían lo que era la ley de Dios, pero rehusaron obedecerla. Ellos crucificaron a Cristo.
La espada de dos filos de la verdad había partido lo más profundo de sus corazones. Pero fue su testimonio, cuando vio el cielo abierto, lo que atrajo la ira sobre él. “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon” (Hechos 7:55-58).
¡Esteban sacó a la luz la mezcla, el corazón divido!: “Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. Y Dios se aparto, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso me ofrecisteís víctimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, casa de Israel? Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc, y la estrella de vuestro dios Renfán, figuras que os hicisteis para adorarlas. Os transportaré, pues, más allá de Babilonia” ( Hechos 7:41-43).
En esta época de gracia, si miras a una mujer con codicia, has cometido adulterio ante los ojos de Dios. Si odias, eres un asesino. Y si palabras ruines son lanzadas a ti por caminar de acuerdo a la voluntad de Dios, ¡estás siendo apedreado! “Los labios del necio traen contienda; y su boca los azotes llama... Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas” (Proverbios 18:6,8). “Que afilan como espada su lengua; lanzan cual saeta suya, palabra amarga” (Salmos 64:3).
Jesús enseñó una parábola del labrador que poseía una viña y envió por los frutos al tiempo de la cosecha. Envió a sus sirvientes. “Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon” (Mateo 21:35). ¡Así es hoy! Dios ha enviado sus santos atalayas a recoger el fruto de su viña. Pero en lugar de eso, hay palizas verbales, muertes con odio, apedreados con palabras hirientes. Tenemos hoy en día una “compañía de Esteban” quienes pueden decir: ¡He visto el cielo abierto! Esto es una clara visión de Jesús –esa cortante palabra de verdad, ¡que provoca la ira de aquellos incircuncisos de corazón!-
Los israelitas trataron de aprender a Josué y a Caleb por su llamado a caminar de acuerdo a la voluntad de Dios. Diez espías desalentaron al pueblo de Dios diciendo: No podemos ir. ¡Hay demasiados gigantes! ¡Demasiadas murallas altas! “Y Caleb dijo... subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos” (Números 13:30). Pero ellos dijeron: “Designemos un capitán, y volvamos a Egipto” (Números 14:4) “Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel” (Números14: 6-10)
Mi interés en esta historia no es por Josué y Caleb, sino por Dios, que estaba con ellos. ¡Mi interés es por este pueblo de Dios que estaba crujiendo los dientes y recogiendo piedras! ¿Por qué un llamado a la obediencia provocó en ellos tal reacción? ¡Vean el llamado! Estoy convencido de que una vez que el corazón es capturado por un ídolo o codicia, la incredulidad se posesiona. La indiferencia y la incredulidad van de la mano. Por tal razón, toda predicación en contra de ser indiferentes al pecado los hace rechinar y terminan peleando contra Dios, mientras que ciegamente están confesando su nombre.

UNA ADVERTENCIA

¿Cómo debería reaccionar un justo cuando es rechazado, echado, apedreado? Jesús reaccionó, como un cordero “y no abrió su boca”. No pidas que descienda fuego del cielo sobre aquellos que abusan de ti.
“¿Por qué no sufrís mas bien el agravio? ¿Por qué no sufrís mas bien el ser defraudado?” (1ª. Corintios 6:7) “Nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos” (1ª. Corintios 4:12) “Ora por aquellos que despiadadamente te agravian”.
No tengo tiempo para los arrogantes, llamados por sí mismos profetas que pelean, amenazan o arrojan maldiciones. Cuando Simei se paró en un cerro arrojando piedras a David mientras él se retiraba de Jerusalén y de Absalón, el capitán del ejercito dijo: “¿Por qué maldice este perro muerto a mi Señor el rey?” David respondió: “Dejadle que maldiga... Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy” (2ª. Samuel 16:9,11,12).
Moisés fue a la mañana –encerrado con Dios -, “Y su rostro resplandeció”. Y aun cuando todos los demás pudieron verlo, tanto que tuvo que ponerse un velo sobre su rostro, él mismo no “estaba consciente de que su rostro brillaba”. Aun no se había dado cuenta de que el reflejo de la Santidad de Dios estaba sobre él. Como Esteban, Moisés no ostentaba el toque de Dios. Ellos no se daban el aire de un profeta. No amenazaban; no hablaban de tener “nuevas” o “especiales” revelaciones. No se pusieron una máscara ni manifestaron falsa piedad. Humildad es la Señal de un alma totalmente dependiente de Cristo. En ésta no existe absolutamente el orgullo espiritual, ni la exclusividad.

LA RECOMPENSA DE CAMINAR DE ACUERDO A LA VOLUNTAD DE DIOS

¿Cuál es la recompensa? ¡Tener a Cristo junto a ti! Hay muchas otras recompensas por caminar de acuerdo a la voluntad de Dios, pero menciono sólo una, porque es todo lo que necesitamos. Pablo estaba encarcelado en una fortaleza en Jerusalén, mientras todo el sistema religioso buscaba matarlo. La iglesia estaba consternada. Él fue acusado de “Profanar el lugar santo, de predicar una falsa doctrina”. Aun los soldados “temieron que Pablo fuera despedazado”; así es que lo arrebataron de en medio de ellos y lo apresaron en un castillo. “A la noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en Roma” (Hechos 23:11”)
 
Tomado de :
 
 http://vengopronto-atalayasdecristo.blogspot.com

Monday, June 18, 2012

El REINO DE LOS CIELOS NO ES DE COBARDES








El día de ahora leí una página de las que frecuentemente visito y al abrirla me tope con una declaración de la pagina diciendo que ellos no creen que el Señor venga en el 2011, hermanos quiero dejarles bien claro nuestra posición con este año 2011 y la venida de nuestro Jesús. Aquí en la voz en el desierto creemos que existe una enorme POSIBILIDAD de que suceda este año, el reino de los cielos no es de cobardes, sino de valientes, si pasa el 2011 y no sucede nada, no pediré disculpas, no les diré cuan equivocado estaba, no hare absolutamente nada de eso, sabe por qué? Porque un creyente en Cristo debe vivir cada día pensando que ese día puede venir el Señor Jesús! Así de sencillo!, y aun mas ahora al ver todas estas señales obvias de las que nos habla la Palabra. Los mismos Apóstoles ellos mismos vivían pensando cada día ese podría ser el “día”, cuando leemos sus cartas nos podemos dar cuenta las referencias que hacían en cuanto a sus tiempos y podemos ver como ellos vivían pensando que algún día durante sus vidas en la tierra podrían ver al Señor Jesús regresar.

Nosotros no somos la excepción, inclusive me atrevo a decir que la mayoría de esta generación no vera la muerte porque el Señor habrá regresado, así es hermanos! Llámame loco, llámame fanático, llámame ortodoxo, llámame mal intérprete, llámame lo que quieras, pero no me podrás llamar cobarde, porque la Palabra es muy clara en cuanto a las señales que veremos antes de su venida y tendrías que ser un ciego para no darte cuenta.

Realmente creen que la tierra pueda seguir este paso por mucho tiempo? La crisis económica empeorara, los cambios climáticos van empeorando, las guerras y rumores de guerras son cada día mas, la violencia ha empeorado, la perversidad ha empeorado, y mientras tanto nosotros los humanos nos hacemos más inmunes y nos acostumbramos a ver toda esta maldad y sucesos y nos olvidamos que estas son señales de las que nos habla la Palabra! Ya basta de cristianos cobardes! Ya basta de preocuparse por nuestra reputación ante el mundo! Ya basta de tener miedo a lo que dirán si nosotros les decimos que el Señor puede regresar este año! Ya basta! El reino de los cielos no es de cobardes!

Jonás le aviso a Nínive sobre como Dios destruiría a ese pueblo en 40 días, sin embargo no sucedió nada! Ustedes creen que la gente no se burlo de Jonás después de que no sucedió nada? Seguramente hubo gente que posteriormente se burlo de Jonás porque no paso nada. Sin embargo Dios años después destruyo a Nínive. Al parecer el hombre tiene más temor al hombre y perder su reputación, que a Dios. “Que van a decir de mi si les digo que es muy posible que Jesús regrese este año! Y no pase nada?” “no quiero perder mi reputación si no pasa nada, no quiero verme como un tonto (puro orgullo!)”. En los tiempos cuando Jesús vino al mundo, hubo señales en los cielos, se cumplió justo en el momento que la profecía de las 70 semanas de Daniel dijo que sucedería, y muy pocos entendieron, los mismos ángeles dieron aviso y muy pocos creyeron o entendieron, Jesús mismo se los reprocho, y muy pocos entendieron.

La historia se repite, ahora, hoy en día no nada mas son ángeles avisando sino el Espíritu Santo mismo, y muy pocos están poniendo atención, muy pocos lo entienden. Ya basta! Despierta pueblo de Dios!, el Señor está a punto de regresar! Es muy posible que suceda este año, y si nada pasa este año, el año que entra les diré lo mismo, no me cansare de decirlo, este es mi llamado, soy un atalaya de Cristo, y no me cansare de decirlo, hay quienes se burlan de mi por tratar de determinar los tiempos, poquito me importa lo que el hombre piense de mí, no me cansare de avisarlo, hasta el día que suceda!. A esto se le llama “Velar”. Los dejo con un artículo de un hermano en Cristo con el nombre de Jim Bramlett, léanlo para que entiendan, no se tome de un versículo para excusar su tibieza o indiferencia, estoy hasta el tope de analfabetas bíblicos utilizando un verso fuera de contexto como: “Nadie sabe el día ni la hora”, lean todo lo demás! Y entiendan, pídanle al Señor guianza de su Espíritu Santo y lean el siguiente articulo.

Dios los bendiga,
La voz en el desierto(Pablo Peña)

I. LA AMARGURA, EL PECADO MAS CONTAGIOSO

La amargura





Hace tiempo prediqué en una iglesia donde el pastor deseaba que yo hablase con Alberto, uno de los diáconos de su congregación.
Tres años antes la esposa de Alberto había hecho abandono del hogar y se había ido con otro hombre a la ciudad capital, dejando a su marido y a sus dos hijos. Me explicó el pastor que los esposos eran buenos cristianos y que “no había motivo” para que ella abandonara a su familia. Aproximadamente seis semanas después, la mujer entró en razón y volvió a casa arrepentida. En forma inmediata, pidió perdón a Alberto, a los hijos y hasta se presentó ante la congregación para mostrar públicamente su arrepentimiento y su disposición a sujetarse a la disciplina de la iglesia.
Alberto me explicó en palabras terminantes que aunque había permitido que su esposa regresara al hogar, no la había perdonado y no la perdonaría. Peor todavía, declaró que estaba dispuesto a esperar el tiempo necesario (hasta que los hijos de 6 y 9 años crecieran y se hicieran mayores) para entonces vengarse de ella. Aunque había transcurrido poco tiempo desde el incidente con su esposa, ya se veían huellas de amargura en el rostro de Alberto.
La amargura no se ve solamente en casos tan extremos. Conozco centenares de otros ejemplos de personas que sufrieron ofensas por cosas que parecieran triviales. Menciono sólo tres: (1) Una mujer se ofendió porque el pastor no estaba de acuerdo con su definición de “alabanza”, y desde aquel momento empezó a maquinar para sacarlo de la iglesia; (2) un hombre vivió amargada desde que lo pasaron por alto para un ascenso en su empleo. (3) El intercambio de cartas con una profesora de Centroamérica ilustra cuán sutil puede ser la amargura en la vida del creyente. El problema de presentación era que esta mujer se sentía sola y triste porque su hija, yerno y nietos se habían mudado a los Estados Unidos de América. En su segunda carta no utilizó la palabra “sola” sino “abandonada”, y en lugar de “triste” surgió el término “enojada”. En las siguientes misivas se hizo evidente que estaba sumergida en autocompasión y amargura. No sólo se sentía herida porque su hija vivía en otro país, sino además resentida porque (según ella) los otros familiares que vivían cerca no la tomaban en cuenta “después de todo lo que ella hizo por ellos”.
En lo personal, empecé a estudiar el tema de la amargura poco después de un grave problema que tuvimos en la iglesia a que asistimos desde hace varios años. La dificultad radicaba en una seria diferencia de filosofía de ministerio entre los diáconos y los ancianos. Pero lo que causó la desunión no fue el problema en sí –que se habría podido resolver buscando a Dios en oración, en su Palabra y con un franco diálogo entre las partes – sino las personas ofendidas, los chismes, y la amargura resultante.
En medio de esa crisis en nuestra iglesia, tuve que viajar a otro país para enseñar sobre el tema “Cómo aconsejar empleando principios bíblicos”. Era domingo por la mañana y esperaba que me pasaran a buscar para llevarme a la iglesia. Puesto que el culto comenzaba tarde contaba con un par de horas para descansar, y prendí la televisión para escuchar la transmisión del sermón del pastor de la iglesia más grande de la ciudad. No podía creer lo que oía: ese pastor estaba predicando sobre el tema que yo había enseñado el día anterior, el perdón. Como si un rayo penetrara en mi corazón, el Espíritu Santo me mostró que yo también era culpable de estar dejando crecer una raíz de amargura en mi vida por lo que ocurría en nuestra congregación. En forma inmediata me arrodillé para confesar el pecado, recibir el perdón de Dios y perdonar a los que me habían hecho daño. ¡Qué alivio trajo a mi alma! Era como si alguien sacara un peso enorme de mis hombros.
Ese problema que viví en la iglesia tiene todos los elementos que este libro desea tratar. Quizá por esa razón el Señor me permitió experimentarlo.
La amargura es el pecado más fácil de justificar y el más difícil de diagnosticar porque es razonable disculparlo ante los hombres y ante el mismo Dios. A la vez, es uno de los pecados más comunes, peligrosos y perjudiciales y –como veremos– el más contagioso.
Al escribir este libro, es mi esperanza y oración que la persona amargada no solamente se dé cuenta de que en verdad eso es pecado, sino que además encuentre la libertad que sólo el perdón y la maravillosa gracia de Dios le pueden ofrecer.
II. LA DEFINICIÓN DE LA AMARGURA
En el griego del Nuevo Testamento, “amargura” proviene de una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado. Finalmente, el uso en el griego clásico revela el concepto de algo fuerte. La amargura, entonces, es algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón.
La amargura no tiene lugar automáticamente cuando alguien me ofende, sino que es una reacción no bíblica (es decir pecaminosa) a la ofensa o a una situación difícil y por lo general injusta. No importa si la ofensa fue intencional o no. Si el ofendido no arregla la situación con Dios, la amargura le inducirá a imaginar más ofensas de la misma persona. La amargura es una manera de responder que a la larga puede convertirse en norma de vida. Sus compañeros son la autocompasión, los sentimientos heridos, el enojo, el resentimiento, el rencor, la venganza, la envidia, la calumnia, los chismes, la paranoia, las maquinaciones vanas y el cinismo.
La amargura es resultado de sentimientos muy profundos, quizá los más profundos de la vida. La razón por la que es tan difícil de desarraigar es triple: En primer lugar, el ofendido considera que la ofensa es culpa de otra persona (y muchas veces es cierto) y razona: “El/ella debe venir a pedirme disculpas y arrepentirse ante Dios. Yo soy la víctima”.
El cristiano se siente culpable cuando comete un pecado. Sin embargo, no nos sentimos culpables de pecado por habernos amargado cuando alguien peca contra nosotros, pues la percepción de ser víctima eclipsa cualquier sentimiento de culpa. Por lo tanto este pecado de amargura es muy fácil justificar.
En segundo lugar, casi nadie nos ayuda a quitar la amargura de nuestra vida. Por lo contrario, los amigos más íntimos afirman: “Tú tienes derecho… mira lo que te ha hecho”, lo cual nos convence aun más de que estamos actuando correctamente.
Finalmente, si alguien cobra suficiente valor como para decirnos: “Amigo, estás amargado; eso es pecado contra Dios y debes arrepentirte”, da la impresión de que al consejero le falta compasión (recuerde, que el ofendido piensa que es víctima). Me pasó recientemente en un diálogo con una mujer que nunca se ha podido recuperar de un gran mal cometido por su padre. Ella lleva más de 30 años cultivando una amargura que hoy ha florecido en todo un huerto. Cuando compasivamente (Gálatas 6:1) le mencioné que era hora de perdonar y olvidar lo que queda atrás (Filipenses 3:13), me acusó de no tener compasión. Peor todavía, más tarde descubrí que se quejó a otras personas, diciendo que como consejero carecía de “simpatía” y compasión.
Hasta es posible perder la amistad de la persona amargada por haberle aconsejado que quite la amargura de su vida (Efesios 4:31). El siguiente ejemplo ilustra cómo la amargura puede dividir a amigos y familiares. Florencia, una joven de 21 años, pertenece a una familia que durante años ha sufrido una contienda familiar. Ella es la única que no desea culpar a los demás ni demostrar que tiene razón sino que anhela ver reconciliación. La pelea comenzó poco después del nacimiento de Florencia, sobre lo que al principio fue algo insignificante. Veinte años más tarde, alimentada por imaginaciones vanas, rencor y paranoia, existe una gran brecha entre dos grupos de la familia. A pesar de que casi todos son cristianos, la lucha es más fuerte que nunca. Florencia, tomando en serio lo que dice la palabra de Dios sobre la amargura, con toda el alma quiere que la familia se reconcilie. Se siente impotente, sin embargo, porque está bajo la amenaza de no poder volver a casa de sus padres si pisa la propiedad de su hermana y su cuñado.
Finalmente, el lector notará una característica interesante en casi todos los ejemplos de este libro: por regla general nos amargamos con las personas más cercanas a nosotros.
III. LAS CONSECUENCIAS DE LA AMARGURA
Para motivar a una persona a cumplir con el mandamiento bíblico “despréndanse de toda amargura…” (Efesios 4:31 NVI), veamos las múltiples consecuencias (todas negativas) de este pecado.
1) El espíritu amargo impide que la persona entienda los verdaderos propósitos de Dios en determinada situación. Job no tenía la menor idea de que, por medio de su sufrimiento, el carácter de Dios estaba siendo vindicado ante Satanás. Somos muy cortos de vista.
2) El espíritu amargo contamina a otros. En uno de los pasajes más penetrantes de la Biblia, el autor de Hebreos exhorta: “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (12:15). La amargura nunca se queda sola en casa; siempre busca amigos. Por eso es el pecado más contagioso. Si no la detenemos puede llegar a contaminar a toda una congregación, o a toda una familia.
Durante la celebración de la pascua, los israelitas comían hierbas amargas. Cuando un huerto era invadido por estas hierbas amargas, no se lo podía limpiar simplemente cortando la parte superior de las plantas. Cada pedazo de raíz debía extraerse por completo, ya que de cada pequeña raíz aparecerían nuevos brotes. El hecho de que las raíces no se vean no significa que no existan. Allí bajo tierra germinan, se nutren, crecen, y los brotes salen a la superficie y no en un solo lugar sino en muchos. Algunas raíces silvestres son casi imposibles de controlar si al principio uno no las corta por lo sano. El escritor de Hebreos advierte que la amargura puede quedar bajo la superficie, alimentándose y multiplicándose, pero saldrá a la luz cuando uno menos lo espera.
Aun cuando la persona ofendida y amargada enfrente su pecado de la manera prescrita por Dios, no necesariamente termina el problema de la contaminación. Los compañeros han tomado sobre sí la ofensa y posiblemente se irriten con su amigo cuando ya no esté amargado.
Hace poco un médico muy respetado y supuestamente cristiano había abandonado a su esposa y a sus tres hijos, yéndose con una de las enfermeras del centro médico donde trabajaba. Después de la sacudida inicial, entró en toda la familia la realización de que el hombre no iba a volver. Puesto que era una familia muy unida, se enojaron juntos, se entristecieron juntos, sufrieron juntos y planearon la venganza juntos, hasta que sucedió algo sorprendente: la esposa, Silvia, perdonó de corazón a su (ahora) ex esposo y buscó el consuelo del Señor. Ella todavía tiene momentos de tristeza y de soledad, pero por la gracia de Dios no está amargada. Sin embargo, los demás familiares siguen amargados y hasta molestos con Silvia porque ella no guarda rencor.
3) El espíritu de amargura hace que la persona pierda perspectiva. Nótese la condición del salmista cuando estaba amargado: “… entonces era yo torpe y sin entendimiento; era como una bestia delante de ti” (Salmo 73:21, 22 BLA). La persona amargada toma decisiones filtradas por su profunda amargura. Tales decisiones no provienen de Dios y generalmente son legalistas. Cuando la amargura echa raíces y se convierte en norma de vida, la persona ve, estima, evalúa, juzga y toma decisiones según su espíritu amargo.
Nótese lo que pasó con Job. En su amargura culpó a Dios de favorecer los designios de los impios (Job 10:3). Hasta lo encontramos a aborreciéndose a sí mismo (Job 9:21; 10:1).
En el afán de buscar alivio o venganza, quien está amargado invoca los nombres de otras personas y exagera o generaliza: “…todo el mundo está de acuerdo…” o bien “nadie quiere al pastor…” Las frases “todo el mundo” y “nadie” pertenecen al léxico de la amargura.
Cuando la amargura llega a ser norma de vida para una persona, ésta por lo general se vuelve paranoica e imagina que todos están en su contra. Un pastor en Brasil me confesó que tal paranoia tomó control de su vida, y empezó a defenderse mentalmente de adversarios imaginarios.
4) El espíritu amargo se disfraza como sabiduría o discernimiento. Es notable que Santiago emplea la palabra “sabiduría” en 3:14–15 al hablar de algunas de las actitudes más carnales de la Biblia. La amargura bien puede atraer a muchos seguidores. ¡Quién no desea escuchar un chisme candente acerca de otra persona!5 La causa que presentó Coré pareció justa a los oyentes, tanto que 250 príncipes renombrados de la congregación fueron engañados por sus palabras persuasivas. A pesar de que la Biblia aclara que el corazón de Coré estaba lleno de celos amargos, ni los más preparados lo notaron.
5) El espíritu amargo da lugar al diablo (Efesios 4:26). Una persona que se acuesta herida, se levanta enojada; se acuesta enojada, y se levanta resentida; se acuesta resentida, y se levanta amargada. El diablo está buscando a quien devorar (1ª Pedro 5:8). Pablo nos exhorta a perdonar “…para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11). Satanás emplea cualquier circunstancia para dividir el cuerpo de Cristo.
6) El espíritu amargo puede causar problemas físicos. La amargura está ligada al resentimiento, término que porviene de dos palabras que significan “decir de nuevo”. Cuando uno tiene un profundo resentimiento, no duerme bien o se despierta varias veces durante la noche, y vez tras vez en su mente repite la herida como una grabadora. Es un círculo vicioso de no dormir bien, no sentirse bien al siguiente día, no encontrar solución para el espíritu de amargura, no dormir bien, ir al médico, tomar pastillas, etc. Algunas personas terminan sufriendo una gran depresión; otros acaban con úlceras u otras enfermedades.
7) El espíritu amargo hace que algunos dejen de alcanzar la gracia de Dios (Hebreos 12:15). En el contexto de Hebreos, los lectores estaban a punto de volver al legalismo y a no valerse de la gracia de Dios para su salvación. La persona amargada sigue la misma ruta porque la amargura implica vivir con recursos propios y no con la gracia de Dios. Tan fuerte es el deseo de vengarse que no permite que Dios, por su maravillosa gracia, obre en la situación.
IV. UN EXAMEN
“El corazón conoce la amargura de su alma”
(Proverbios 14:10).
Antes de exponer el antídoto bíblico para la amargura, tomemos un examen para averiguar si ha brotado raíz de amargura en la vida. Recomiendo que, en oración, el lector medite sobre cada pregunta.
1) ¿Existe una situación en su vida que aparece frecuentemente en la mente o le despierta durante la noche?
2) ¿Está maquinando maneras de vengarse si tan sólo tuviera oportunidad de hacerlo? Varias personas me han dicho que estas maquinaciones son, precisamente, lo que les privan del sueño.
3) ¿Recuerda hasta los más ínfimos detalles de un evento que sucedió hace tiempo? La amargura tiene una memoria de elefante, y recuerda hasta los detalles más oscuros de un incidente. Tiempo atrás dos vecinas nuestras, cristianas, tuvieron una fuerte riña en plena calle. Fue sorprendente que una de las contrincantes, sin sacar apuntes pero con lujo de detalles, nombró cada vez que su vecina le había pedido prestado algo durante los últimos cinco años. Después de haber sembrado resentimiento, éste brotó en amargura cuando se presentó el ambiente apropiado.
¿Por qué recordamos ese tipo de detalles con tanta facilidad? En primer lugar, porque tal como mencionamos en la sección I siempre recordamos las heridas y las ofensas. Pero la razón principal es que repasamos y repasamos los detalles.
Cuando yo era estudiante en la secundaria, un maestro nos enseñó cuál era, según él, la mejor manera de recordar el material del curso: repasar, repetir y repasar. ¡Si pudiéramos recordar los buenos momentos o aun los pasajes de la Biblia tanto como recordamos las ofensas!
4) ¿Se siente ofendido y, debido a que usted estima es víctima, está justificando el resentimiento? Aquí la frase clave es “pero yo tengo razón”. No hay situación más difícil de solucionar que cuando la persona ofendida tiene razón.
Carlos, un brillante y joven empresario, ascendió rápidamente en la empresa y a los 36 años llegó a ser vicepresidente con miras a llegar aun más arriba. Aunque el mismo director y fundador de la organización lo había empleado, llegó a sentir que Carlos era una amenaza y buscó motivos para despedirlo. Este, un creyente en Cristo, ignoraba el complot que se gestaba en la oficina a sólo cinco metros de la suya. Finalmente, un viernes por la tarde el director comunicó a Carlos en palabras terminantes que no tenía que volver a trabajar el lunes. Cuando preguntó por qué, el director, también cristiano, presentó una serie de mentiras y medias verdades.
Carlos encontró otro empleo pero sigue amargado. Envenenó de amargura a su esposa (que, por supuesto, tomó sobre sí la ofensa y está más amargada que él) y a sus mejores amigos.
Ahora bien, Carlos tenía toda la razón. Cada vez que escucho la historia yo mismo me enojo, porque era y sigue siendo injusto. Admito que es difícil quitar la amargura de la vida de quien fue ofendido, herido, pisoteado, marginado, pasado por alto, o algo similar. Es difícil porque esa persona es víctima. Sin embargo, la Santa Palabra de Dios interviene con el mandamiento “quítense de vosotros toda amargura…” (Efesios 4:31).
5) ¿Hay explosiones desmedidas en cuanto a incidentes que de otra manera tendrían menor importancia? Sucede a menudo en la vida matrimonial cuando uno de los cónyuges por algún motivo está amargado. Tal amargura se entremete en todas las contiendas con el cónyuge, y es como un volcán esperando el momento de erupción. Súbitamente y sin previo aviso, comienza a salir todo tipo de veneno antes escondido bajo la superficie. El cónyuge se sorprende por la reacción violenta y se pregunta cuál es la razón.
6) ¿Le sucede que al leer la Biblia casi inconscientemente aplica la Escritura a otros en vez de a sí mismo? Muchas personas amargadas hallan en la Biblia enseñanzas que aplican a otros (en forma especial al ofensor).
Una de las pruebas de que yo me libré de la amargura fue que al leer el libro de Proverbios me encontré aplicando sus enseñanzas a mi propia vida en vez de a la vida de otros involucrados en el incidente en la iglesia.
7) Por lo general ¿usa usted expresiones que incluyen “ellos” o “todo el mundo” para apoyar sus argumentos? Durante el problema que experimentamos en nuestra iglesia entró en combate uno de los amigos más íntimos de la amargura: el chisme. La persona amargada piensa que tiene razón (y probablemente sea cierto), busca a otros, comparte su experiencia, fundamenta su actitud con exageraciones y generalizaciones refiriéndose a “todo el mundo”. Para poder enterrar el problema en nuestra congregación, entre otras cosas tuvimos que disciplinar a una dama que cayó en el pecado de ser chismosa.
Enfrentada con los pecados de la amargura y el chisme, se justificó diciendo que “tenía razón”, y junto con su esposo se fueron de la iglesia ofendidos.
8 ) Cuando se refiere a su iglesia local, ¿habla de “ellos” o de “nosotros”? La persona amargada empieza a distanciarse de la congregación, cuando dice “ellos” al referirse a otros miembros de la iglesia.
V. MANERAS NO BÍBLICAS DE TRATAR CON LA AMARGURA
“Quítense de vosotros toda amargura…”
(Efesios 4:31).
La amargura es uno de los pecados más comunes no solamente en el mundo sino también entre el pueblo cristiano evangélico. Casi todos hemos sido ofendidos, y una u otra vez hemos llegado al punto de la amargura. Muchos no han podido superar una ofensa y han dejado crecer una raíz de amargura en su corazón. Debido a que es difícil (si no imposible) vivir amargado y en paz, el hombre maquina maneras para tratar de resolver su problema de amargura y así menguar el dolor, pero sin embargo la amargura queda intacta. Para poder extirpar de manera bíblica la amargura del corazón, es imperioso comprender y desenmascarar las varias formas mundanas de “solucionar” el problema, para que no quede otra alternativa que la bíblica.
1. Vengarse. La manera no bíblica más común es tomar venganza. Hace poco escuché una entrevista con un escritor de novelas policiales, quien comentó que sólo existen tres motivos para asesinar a una persona: amor, dinero, y venganza. En un país centroamericano asolado por la guerrilla, me comentaron que muchos se aprovechan de tales tiempos para vengarse y echar la culpa a los guerrilleros. Con razón Pablo exhorta: “…no os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19).
A pesar de las circunstancias, la Biblia sostiene que jamás es voluntad de Dios que nos venguemos nosotros mismos.
Julia y Roberto son hermanos; ambos están casados y tienen 4 y 3 hijos respectivamente. Cuando vivían en la casa paterna sufrían con un padre borracho y perverso. No sólo los trató con violencia y con las palabras más degradantes, sino que también se aprovechó sexualmente de sus hijos. Pasaron los años y Roberto –ya adulto, herido, con muchos malos recuerdos y profundamente amargado– odia a su padre. ¿Quién lo puede culpar por sentirse profundamente herido? Otra vez podemos decir que “tiene razón”. No es cuestión de minimizar el pecado de la otra persona ni el daño o la herida, sino es cuestión de qué hacer ahora, y magnificar la gracia de Dios.
Buscando alivio, Roberto, acudió a un psicólogo no cristiano que le ayudó a descubrir la profundidad de su odio y amargura, y sugirió como solución la venganza. Durante los últimos años Roberto ha estado llevando a cabo el dictamen. Principió con llamadas telefónicas insultando a su padre con las mismas palabras degradantes que éste había empleado. Cuando las llamadas dejaron de tener el efecto deseado, empezó a sembrar veneno en su hermana Julia y los demás familiares para que hicieran lo mismo. No es de extrañar que cada reunión familiar termine en un espectáculo como la lucha libre. Hoy día Roberto es un hombre amargado y cada día más infeliz.
Por su parte Julia –adulta y también herida, y con muchos malos recuerdos pero sin amargura– ama a su padre. Es cristiana, esposa de un pastor, y optó por perdonar a su padre e intentar ganarlo para Cristo. Dos personas de la misma familia y que experimentaron las mismas circunstancias, eligieron dos caminos distintos: uno la venganza y la otra el perdón.
Cuando intento vengarme por mi propia cuenta…
a) Me pongo en el lugar de Dios. De acuerdo a la Biblia la venganza pertenece a Dios. Entonces, la venganza es el pecado de usurpar un derecho que sólo le pertenece a El. Querer vengarnos por nosotros mismos es asumir una actitud de orgullo, el mismo pecado que causó la caída de Lucero (Isaías 14:13, 14). Por lo tanto, al tratar de vengarnos (aunque tan sólo en nuestra mente), estamos pisando terreno peligroso.
Por otra parte, la ira de Dios siempre es ira santa. Dios no obrará hasta tanto yo deje la situación en sus manos. No puedo esperar de mi parte la solución que solamente el Dios soberano puede llevar a cabo.
b) La venganza siempre complica la situación. Mi propia venganza provoca más problemas, más enojo, envenena a otros y deja mi conciencia contaminada.
c) Sobre todo, tomar venganza por nuestros medios es un pecado contra el Dios santo. Es una gran lección ver como el apóstol Pablo dejó lugar a la ira de Dios cuando dijo: “Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos” (2 Timoteo 4:14).
2. Minimizar el pecado de la amargura. Minimizo un pecado cuando por algún motivo puedo justificarlo. Existen, por lo menos, tres maneras de minimizar el pecado de la amargura:
a) Llamarlo por otro nombre, alegando que es una debilidad, una enfermedad o desequilibrio químico, enojo santo, o sencillamente afirmando que “todo el mundo lo está haciendo”. Hay quienes dicen ser muy sensibles y como resultado están resentidos pero no amargados. ¡Cuidado! Existe una relación muy íntima entre los sentimientos heridos y la amargura.
b) Disculparse por las circunstancias y así justificar la amargura. “En estas circunstancias Dios no me condenaría por guardar rencor en mi corazón.” Básicamente, lo que estamos diciendo es que hay ocasiones cuando los recursos espirituales no sirven, y nos vemos obligados a pecar. Juan dice a tales personas: “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a El mentiroso, y su palabra no está en nosotros” (1ª Juan 1:10).
c) Culpar al otro. Esta es, sin duda, la manera más frecuente de eludir la responsabilidad bíblica de admitir que la amargura es pecado. Cuando de amargura se trata, el ser humano generalmente culpa a la persona que le ofendió. En casos extremos algunos se resienten contra Dios. “No sé porque Dios me hizo así…” “¿Dónde estaba Dios cuando me sucedió esto?”
3. Desahogarse. Ultimamente se ha popularizado la idea de que “desahogarse” sanará la herida. Ahora bien, es cierto que desahogarse tal vez ayuda a que la persona sobrellevar el peso que lleva encima (Gálatas 6:2). Sin embargo, es factible que (a) termine esparciendo la amargura y como resultado contamine a muchos; (b) le lleve a minimizar el pecado de la amargura porque la persona en quien se descarga contesta: “Tú tienes derecho”; (c) no considere la amargura como pecado contra Dios.
4. Una disculpa de parte del ofensor. Muchos piensan que el asunto termina cuando el ofensor pide disculpas a la persona ofendida. De acuerdo a la Biblia efectivamente esto forma parte de la solución porque trae reconciliación entre dos personas (Mateo 5:23–25). Sin embargo, falta reconocer que la amargura es un pecado contra Dios. Sólo la sangre de Cristo, no una disculpa, limpia de pecado (1ª Juan 1:7). La solución radica tanto en la relación horizontal (con otro ser humano) como en la vertical (con Dios).
5. Perdonar a Dios. Después de presentar estos principios en una iglesia, de dos fuentes diferentes escuché que la solución para la amargura era “perdonar a Dios”. Cuando una persona no está conforme con su apariencia física o con un suceso que dejó cicatrices emocionales o físicas en su vida, se le aconseja que perdone a Dios por haber permitido que sucediera.
En Rut 1:13 Noemí estaba amargada contra Dios y hasta explicó a sus dos nueras que tenía derecho a estar más amargada que ellas porque se habían muerto su esposo y sus dos hijos. Es la clase de situación donde hoy día se aconsejaría perdonar a Dios por haberlo permitido.
Estoy convencido de que hablar de “perdonar a Dios” es blasfemia. Dios es bueno (Salmo 103); Dios es amor (1ª Juan 4:8); Dios está lleno de bondad (Marcos 10:18); Dios es esperanza (Romanos 15:13); Dios es santo (Isaías 6:3); Dios es perfecto (Deuteronomio 32:4; Hebreos 6:18). Jamás habrá necesidad de perdonarlo.
Este concepto de perdonar a Dios es uno de los intentos del ser humano de crear a Dios a imagen del hombre. Demuestra una total ignorancia e incomprensión de que Dios en su amor tiene múltiples propósitos y lleva a cabo tales propósitos por medio de las experiencias que atravesamos. ¡Sí pudiéramos aprender la realidad: “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2ª Corintios 12:9)!
VI. LA SOLUCIÓN DIVINA PARA LA AMARGURA
Hace tiempo una mujer de 43 años vino a consultarnos. Hacía 23 años que estaba en tratamiento médico y siquiátrico por su depresión. Era una triste historia que cada vez escuchamos con más frecuencia. El padre de esta mujer se había aprovechado de ella desde los 5 hasta los 14 años de edad. Tiempo después ella recibió al Señor como Salvador de su vida, lo cual trajo alivio al comienzo, pero meses después volvió a caer en un estado depresivo. Vino a verme como un último recurso. “Desempacamos” el problema y descubrimos varios asuntos que solucionar, entre ellos como era lógico, un profundo resentimiento hacia su padre.
¿Cuál fue la ayuda para esta pobre mujer y para los miles que cuentan con experiencias similares?
Si hasta el momento usted no ha tenido que luchar con la amargura, tarde o temprano le acontecerá algo que lo enfrentará cara a cara con la tentación de guardar rencor, de vengarse, de pasar chismes, de formar alianzas, de justificar su actitud porque tiene razón, etc. Como cristianos hemos de estar preparados espiritualmente. ¿Cómo hacerlo?
Establecer la santidad como meta en su vida. Como en todos los casos de pecado, más vale prevenir que tener que tratar con las consecuencias devastadoras que el pecado siempre deja como herencia. El escritor de Hebreos, dentro del contexto de la raíz de amargura, exhorta: “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor” (12:14). La mejor manera de prevenir la amargura es seguir o buscar la paz y la santidad; asumir un compromiso con Dios para ser santo (puro) pase lo que pasare. Cuando sobrevienen situaciones que lastiman nuestros sentimientos, producen rencor y demás actitudes que forman el círculo íntimo de la amargura, debemos decir: “He hecho un pacto con Dios a fin de ser santo, como El es Santo. A pesar de que la otra persona tenga la culpa, entregaré la situación en manos de Dios, perdonaré al ofensor y buscaré la paz.”
Nótese la diferencia entre la actitud de David y su ejército cuando volvieron de una batalla (1 Samuel 30). Encontraron la ciudad asolada y sus familias llevadas cautivas. En vez buscar el consuelo de Dios y por ende Su sabiduría, el pueblo se amargó y propuso apedrear a David. En contraste, la Biblia explica que “David se fortaleció en Jehová su Dios” (v. 6). En ningún momento es mi intención minimizar el daño causado por una ofensa o por el ultraje que experimentó David y su gente, sino que mi deseo es magnificar la gracia de Dios para consolar y ayudar a perdonar.
Consideremos ahora qué hacer cuando estamos amargados.
1) Ver la amargura como pecado contra Dios. En las próximas páginas explicaremos la importancia de perdonar al ofensor. Sin embargo, si yo estimara la amargura solamente como algo personal contra la persona que me engañó, me lastimó, me perjudicó con chismes o lo que fuere, sería fácil justificar mi rencor alegando que tengo razón pues el otro me hizo daño. Como ya mencionamos,es posible que no hay nada tan difícil de solucionar que la situación de la persona amargada que tiene razón para estarlo.
Cuando tengo amargura en mi corazón, con David tengo que confesar a Dios: “Contra ti, contra ti solo he pecado” (Salmo 51:4). En el momento en que percibo que (a pesar de las circunstancias) la amargura es un pecado contra Dios, debo confesarlo y la sangre de Cristo me lavará de todo pecado.18 Pablo instruye: “Quítense de vosotros toda amargura”. La Biblia no otorga a nadie el derecho de amargarse.
Volvamos al Antiguo Testamento para entender el contexto de la raíz de amargura en Deuteronomio 29:18, donde el pecado principal es la idolatría. Eso es precisamente lo que pasa en el caso de la amargura. En vez de postrarse ante el Dios de la Biblia, buscando la solución divina, uno se postra ante sus propios recursos y su propia venganza. El ídolo es el propio “yo”.
2) Perdonar al ofensor. En el mismo contexto donde Pablo nos exhorta a librarnos de toda amargura, nos explica cómo hacerlo: “…perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31–32).
En junio de 1972, por vez primera en mi vida tuve que enfrentarme con la amargura. Dos ladrones entraron en la oficina de mi padre y lo mataron a sangre fría, robando menos de 50 dólares. Ni siquiera tuve el consuelo de poder decir, “Bueno, papá está con el Señor”, porque a pesar de ser una excelente persona, mi padre no tenía tiempo para Dios. ¿Cuáles eran mi opciones? ¿Hundirme en la amargura? ¿Buscar venganza? ¿Culpar a Dios? No, tenía un compromiso bíblico con Dios de buscar la santidad en todo. La respuesta inmediata era perdonar a los criminales y dejar la situación en manos de Dios y las autoridades civiles.
¿Tristeza? Sí. ¿Lágrimas? Muchas. ¿Dificultades después? En cantidad. ¿Consecuencias? Por supuesto. ¿Fue injusto? Indiscutiblemente. ¿Hubo otras personas amargadas? Toda mi familia. ¿Viví o vivo con raíz de amargura en mi corazón? Por la gracia de Dios, no.
a) El perdón trae beneficios porque quita el resentimiento. Uno de los muchos beneficios de no guardar rencor es poder tomar decisiones con cordura.
b) El perdón no es tolerar a la persona ni al pecado; no es fingir que la maldad no existe ni es intentar pasarla por alto. Tolerar es “consentir, aguantar, no prohibir” y lejos está de ser el perdón bíblico. Permitir es pasivo mientras perdonar es activo. Cuando la Biblia habla de perdón, en el griego original hallamos que esta palabra literalmente significa “mandarlo afuera”. Activamente estoy enviando el rencor “afuera”, es decir estoy poniendo toda mi ansiedad sobre Dios (1ª Pedro 5:7).
c) El perdón no es simplemente olvidar, ya que eso es prácticamente imposible. El resentimiento tiene una memoria como una grabadora, y aún mejor porque la grabadora repite lo que fue dicho, mientras que el resentimiento hace que con cada vuelta la pista se vuelva más profunda. La única manera de apagar la grabadora es perdonar.
Después de una conferencia, una dama me preguntó: “Si el incidente vuelve a mi mente una y otra vez, ¿quiere decir que no he perdonado?” Mi respuesta tomaba en cuenta tres factores:
(1) Es posible que ella tuviera razón. Recordamos que “engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso…” (Jeremías 17:9). El ser humano haría cualquier cosa para mitigar la vergüenza, y es lógico que permanezcan los fuertes sentimientos negativos asociados con una ofensa. Volvamos al caso de la mujer que durante 23 años había estado en tratamiento siquiátrico a causa del abuso de su padre. Después de aclarar lo que no es el perdón, y luego de hablar sobre los beneficios que el perdón produciría, le expliqué que de acuerdo a Marcos 11:25 ella tenía que perdonar a su padre. Su respuesta inmediata fue: “Ya lo he hecho.” Pero era obvio que estaba llena de amargura y rencor. Mi siguiente pregunta fue: “¿Cuándo y cómo lo hizo?” Su contestación ilustra otra manera en que el ser humano evita asumir responsabilidad ante el Señor. Me dijo: “Muchas veces he pedido al Señor Jesús que perdonara a mi padre.” Es posible que la mujer aún no entendiera lo que Dios esperaba con respecto al perdón. O tal vez fuera su manera de no cumplir con una tarea difícil. Con paciencia volví a explicarle las cosas, y finalmente ella inclinó la cabeza y empezó a orar. Pronto vi lágrimas en sus ojos, y de corazón perdonó a su padre. Al día siguiente regresó para una consulta y se la veía con esperanza, con alivio y como una nueva persona.
(2) Hay quienes desean que recordemos incidentes dolorosos del pasado. En primer lugar está Satanás, que trabaja día y noche para dividir a los hermanos en Cristo (Apocalipsis 12:10; 1ª Timoteo 5:14). En segundo lugar, la vieja naturaleza saca a relucir el pasado. Los mexicanos emplean la frase “la cruda” al referirse a los efectos de la borrachera al día siguiente. En cierto modo es posible tener una “cruda espiritual” que precisa tiempo hasta no molestar más. Me refiero a ciertos hábitos, maneras de pensar que son difíciles de romper. Si uno en verdad ha perdonado, cada vez que el incidente viene a la memoria, en forma inmediata hay que recordar a Satanás y recordarse a sí mismo que la cuestión está en las manos de Dios y es un asunto terminado que sólo forma parte del recuerdo.
(3) Finalmente existe otra persona o grupo que no quiere que usted olvide el incidente: Aquellos que fueron contagiados por su amargura, aquellos a quienes usted mismo infectó y como resultado tomaron sobre sí la ofensa. Por lo general para ellos es más difícil perdonar porque recibieron la ofensa indirectamente. Por lo tanto, no se sorprenda cuando sus amigos a quienes usted contagió de amargura, se enojan con usted cuando, por la gracia de Dios, ha perdonado al ofensor y está libre de dicha amargura.
d) El perdón no absuelve al ofensor de la pena correspondiente a su pecado. El castigo está en las manos de Dios, o quizá de la ley humana. El salmista nos asegura: “El Señor hace justicia, y juicio a favor de todos los oprimidos” (Salmo 103:6 BLA).
Presenté estos principios por primera vez en una iglesia donde no solamente varios de los feligreses estaban resentidos, sino también el mismo pastor. Después del sermón el pastor dividió a su pequeña congregación en grupos de 5 ó 6 personas para dialogar sobre el tema. Me tocó estar en un grupo que incluía a una pareja y su hijo adolescente. En forma inmediata noté la total falta del gozo del Señor en aquella familia. Durante los 20 minutos que tuvimos para compartir me preguntaron cómo era posible quitar la amargura del corazón por un gran mal que alguien había cometido. El hijo mayor había entrado en el mundo de la droga a pesar de que sus padres eran cristianos. Un día no tuvo suficiente dinero para pagar por su dosis regular, y el proveedor lo mató. Desde aquel momento la amargura había estado carcomiendo a toda la familia, y alegaban que era imposible perdonar. Ellos creían que perdonar significaba absolver a los asesinos del crimen que habían perpetrado.
e) El perdón tampoco es un recibo que se da después que el ofensor haya pagado. Si no perdonamos hasta tanto la otra persona lo merezca, estamos guardando rencor.
f) El perdón no necesariamente tiene que ser un hecho conocido al ofensor. En muchos casos el ofensor ha muerto, pero el rencor continúa en el corazón de la persona herida. Recuerdo el caso de una señora que con lágrimas admitió que su esposo había desaparecido con otra mujer de la iglesia. Durante la conversación me confesó: “Lo he perdonado. Hay y habrá muchas lágrimas, dolor y tristeza, pero me rehúso terminantemente a llegar al fin de mi vida como una vieja amargada.” El hombre consiguió el divorcio y se casó legalmente con la otra mujer. Por su parte, esta señora vive con su tres muchachos y sirve a Dios de todo corazón; sus hijos aman al Señor y oran para que su padre un día regrese al camino de Dios. Tener que perdonar un gran mal mientras el ofensor no lo merezca, representa una excelente oportunidad para entender mejor cómo Cristo pudo perdonarnos a nosotros (Romanos 5:8; Efesios 4:32).
g) El perdón debe ser inmediato. Una vez me picó una araña durante la noche. Tuve una reacción alérgica que duró casi medio año. Ahora bien, si hubiera podido sacar el veneno antes de que se extendiera por el cuerpo, hubiera quedado una pequeña cicatriz pero no habría habido una reacción tan aguda. Algo semejante sucede con el perdón. Hay que perdonar inmediatamente antes de que “la picadura empiece a hincharse.”
h) El perdón debe ser continuo. La Biblia indica que debemos perdonar continuamente (Mateo 18:22). Perdonar hasta que se convierta en una norma de vida. Uno de los casos más difíciles es cuando la ofensa es continua como en el caso de esposo/esposa, patrón/empleado, padre/hijo, etc. Es entonces cuando el consejo del Señor a Pedro (perdonar 70 veces 7) es aun más aplicable.
i) El perdón debe marcar un punto final. Perdonar significa olvidar. No hablo de amnesia espiritual sino de sanar la herida. Es probable que la persona recuerde el asunto, que alguien le haga recordar o que Satanás venga con sus mañas trayéndolo a la memoria. Pero una vez que se ha perdonado es posible olvidar.
Perdonar es la única manera de arreglar el pasado. No podemos alterar los hechos ni cambiar lo ya ocurrido, pero podemos olvidar porque el verdadero perdón ofrece esa posibilidad. Una vez que hay perdón, olvidar significa:
1) Rehusarse a sacar a relucir el incidente ante las otras partes involucradas.
2) Rehusarse a sacar a relucirlo ante cualquier otra persona.
3) Rehusarse a sacar a relucirlo ante uno mismo.
4) Rehusarse a usar el incidente en contra de la otra persona.
5) Recordar que el olvido es un acto de la voluntad humana movida por el Espíritu Santo.
6) Sustituir con otra cosa el recuerdo del pasado, pues de lo contrario no será posible olvidar. Pablo nos explica una manera de hacerlo: “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:20, 21). Jesús amplía el concepto: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (Mateo 5:44).
j) El perdón también significa velar por los demás. Al finalizar su libro y bajo la inspiración del Espíritu Santo, el escritor de Hebreos exhorta a todos los creyentes a que seamos guardianes de nuestros hermanos. El versículo que advierte sobre la raíz de amargura comienza con: “Mirad bien”. En el griego original es la palabra episkopeo, de donde procede el término obispo o sobreveedor. Esto implica que en el momento en que uno detecta que se ha sembrado semilla de amargura en el corazón de un hermano en Cristo, la responsabilidad es ir con espíritu de mansedumbre, y hacer todo lo posible para desarraigarla antes que germine.
Se requiere un compromiso profundo con Dios a fin de no caer en la trampa de la amargura. Cristo mismo nos dará los recursos para vivir libres del “pecado más contagioso”.Por Jaime Mirón Guatemala, America Central