Alabanzas

Tuesday, September 4, 2012

Tiempos Peligrosos, Introduccion.

  1. Tiempos Peligrosos – Introducción: Revelaciones de Dios — Pablo Hunter
Revelaciones de Dios en la PalabraDios quiere cambiarnos y hacer cosas profundas en nuestra vida. El tiene revelaciones para nosotros, estas son progresivas.
Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. (Juan 16:12)
Puede leer las notas de la introducción del congreso “Desafío del Ministerio” si sigue leyendo, o bien puede escuchar el audio aquí.

El usa estas revelaciones progresivas para cambiarnos y para hablarnos. El apóstol Pablo era un hombre de revelaciones progresivas y profundas.No ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, (Efe 1:16-17)
Vemos que menciona espíritu de sabiduría y de revelación. La vida de un pastor u obrero necesita diariamente revelación para asimilar el cambio continuo que Dios trae.
Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. (Gal 1:11-12)
Nosotros recibimos la palabra de Dios por revelación. El comprenderla se nos da por revelación. Insisto en decir que Dios nos quiere cambiar y vernos recibir su palabra a través de revelaciones. Hay una gran diferencia entre las palabras de hombres y las revelaciones de Dios.
Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles. (Gal 2:1-2)
¿Vamos nosotros por revelaciones? ¿Hacemos las cosas por revelación de Dios o por criterios humanos?
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. (Juan 16:13)
Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, (Efe 1:18)
Es el Espíritu Santo quien lo hace, quien nos da revelación. Revelación es alumbrar los ojos de nuestro entendimiento. Es el medio que Dios utiliza para cambiar nuestra predicación y nuestra manera de ministrar, de manera que lo hagamos a través de lo que él nos revele.
Ciertamente no me conviene gloriarme; pero vendré a las visiones y a las revelaciones del Señor. (2Co 12:1)
Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. (3) Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe), (4) que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar. (5) De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades. (6) Sin embargo, si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad; pero lo dejo, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí. (7) Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; ( 2Co 12:2-7)
Vemos cómo es el Espíritu Santo iluminando los ojos de nuestro entendimiento a través de sus revelaciones.
¿Por qué el Espíritu Santo ha de alumbrarnos el entendimiento?:
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. (Isa 55:8)
Nosotros debemos subir al nivel de Dios, no podemos pretender que él baje a nuestro nivel. Tenemos que subir a sus pensamientos y a sus caminos y lo hacemos a través de su revelación.
Revelaciones por el EspírituPero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. (11) Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. (1Co 2:10-11)
Nadie conoce las cosas de Dios, solo el Espíritu Santo las conoce y sólo él las revela. Él quiere poner en nosotros el Espíritu de Revelación.
Todas esas preguntas como : ¿Qué debemos hacer?, ¿Qué vamos a hablar? , etc, hemos de contestarlas con sus revelaciones.
Para que lo manifieste como debo hablar. (5) Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. (6) Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. (Col 4:4-6)
A fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, (20) por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar. (Efe 6:19-20)
¡Qué él nos dé lo que debemos hablar y cómo hacerlo!.
El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; (Luc 4:18)
Jesús mismo necesitaba del Espíritu Santo para ser ungido y predicar. Cuando vamos a prepararnos para predicar, hablar o aconsejar busquemos que Dios nos conceda espíritu de Revelación. Es un milagro que Dios hace en nosotros continuamente.
Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. (2) Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. (3) Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor;(A) (4) y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, (5) para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. (1Co 2:1-5)
Vemos la diferencia entre las palabras o sabiduría humanas y el poder de Dios. Con este poder es que Dios obra y cambia nuestra manera de ministrar.
Busquemos continuamente este poder, esta revelación, este conocimiento divino. Qué El nos llene con su sabiduría, que sea él quien nos cambie, busquemos lo que El tiene para nuestras vidas – ese nivel más alto.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. (18) Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (2Co 3:17-18)
Estamos en un nivel de gloria, pero hay otro nivel más alto y después de este vendrá otro más alto y subimos a cada nivel por el Espíritu Santo y por la revelación en Cristo Jesús que El nos da. 

Sacado de Casa de Oracion Mexico.

No comments:

Post a Comment